viernes, abril 01, 2011

Duelo de penes





Es sabido que uno de los grandes inventos de la evolución fue la selección sexual. Permite intercambiar material genético y eso aumenta la variabilidad. Y más variabilidad implica más posibilidades de adaptación al entorno o una mejor preparación para competir por los recursos. En animales superiores lo más común es que cada individuo solo pueda pertencer a uno de los géneros. En cambio en plantas y en muchos animales el hermafroditismo es frecuente.

Que un bicho o una planta tenga los dos sexos a la vez no siempre implica que el organismo se pueda autofecundar. En algunos casos es posible, pero la evolución ha generado mecanismos para evitarlo, ya que un autofecundación le quita la gracia al asunto por no intercambiarse material genético. En otros casos es inviable y a pesar de tener los dos sexos, deben de buscar una pareja para la reproducción. Uno de los casos más curiosos es el del gusano marino Pseudocerus bifurcus. Este bicho es, como otros muchos, hermafrodita. No obstante en la reproducción puede actuar como macho o como hembra.

Si hace de macho es promiscuo, insemina a uno, y luego a otro, y así indefinidamente. En cambio, si hace de hembra se dedica solo a esperar que nazca la camada y tiene que buscar alimento para él y para que los huevos se desarrollen.

¿Cómo se decide quien hace de chico y quien de chica? pues como los caballeros decimonónicos, con un duelo… de penes.

Igual que en las películas de época los gusanos luchan y el que consiga herir con su pene la piel del adversario es el inseminador. El inseminado se retira del combate y se dedica a prepararse para la maternidad. La ventaja evolutiva está clara. Esta estrategia permite que los gusanos más fuertes y diestros en el manejo de su órgano aumenten su descendencia (más inseminaciones) y por tanto propaguen más su material genético, frente a los peores luchadores, que abandonan antes el campo de batalla.

Cuando yo era pequeño los sábados después del telediario hacían una versión de los tres mosqueteros en dibujos animados con perros. Hubiera quedado más propia con estos gusanos… o ya puestos, imaginate una versión Friki de Star Wars con un penis fencing a base de espadas laser… impagable.

(visto en Amazing)

4 comentarios:

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Es muy sugerente la historia de estos gusanos, no cabe duda. Sin embargo, hay algo que no cuadra demasiado en el comentario.

El que escribe dice que el más fuerte se procrea, mientras que los peores luchadores abandonan antes el campo de batalla. Abandonan el campo de batalla "fecundados", con lo que sus genes son tan necesarios como el que primero inseminó al otro, el que, según el comentarista, es el "más fuerte" (que yo no le veo eso de ser "el más fuerte" por ningún lado). Le salió el plumero machista al autor.

Angie E.G. dijo...

Yo entendí que el más fuerte tiene la ventaja de ser macho y el otro se tiene que conformar con ser hembra, jejeje
Es todavía más machista, si cabe, lo que no veo es la ventaja del macho que tiene que seguir buscando por ahí a quien agujerear sin parar, mientras el otro se dedica a buscar comida (dice). Qué pasa... que los machos no comen? jajaja

Angie E.G. dijo...

En realidad, leyendo bien, lo que dice es que los vencedores "aumentan su descendencia (más inseminaciones) y por tanto propagan más su material genético, frente a los peores luchadores, que abandonan antes el campo de batalla".

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Este comentario está tan impregnado de ideología, que da pena. El "vencedor": no se sabe por qué al hecho de ser el animal que insemina se le ha de llamar "el vencedor" cuando no ha vencido nada. Tampoco queda garantizado que ese animal logre inseminar a otros. En el próximo encuentro puede quedar inseminado y el que fue inseminado por él, en otros futuros encuentros puede ser el que insemine. No se sabe quién controla eso, pero parece que la cosa en su conjunto está bastante igualada entre la producción de neo-machos y la de neo-hembras.

Si es cierto que la historia de estos animales cuestiona la conducta genética a partir de la "epigenética", o sea, dependeindo de un elemento externo, la conducta fisiológica del animal cambia y se dedica a lo que podríamos entender como "la cría", mientras que el otro animal del encuentro queda sometido a otro tipo de conducta que puede cambiar alternando, también por un encuentro fortuito.

Es más que obvio que exite una conducta reproductiva garantizada genéticamente. Los organismos masculino y femenino determinan conductas reproductivas diferentes que se manifiestan en distintas anatomías y fisiologías reproductivas. Sin embargo, una cosa es la reproducción biológica (podemos influir en eso, cada vez más, pero es necesario todo el dispositivo científico para poder hacerlo) y otra muy diferente el cuerpo "serrano", o sea, el cuerpo de goce.