martes, marzo 31, 2009

Cuando el otro es la amenaza

Con su permiso, me traigo aquí éste artículo que ha colgado Nino en su Site.


Cuando el otro es la amenaza

José Pablo Feinmann cerró el riquísimo programa de charlas con un análisis del racismo, la xenofobia y la intolerancia representado en textos clave de la literatura argentina.

"En nuestra literatura vamos a ver que el otro es inasimilable, es el otro infinito, el antagónico y el distinto absoluto", planteó José Pablo Feinmann en la Biblioteca Nacional, a modo de anuncio de su paseo por una serie de textos fundantes de la literatura argentina en los que laten el racismo, la violencia, la discriminación y el odio a esas "especies inferiores" tan necesarias para reforzar la sensación de pertenecer al círculo de los iluminados elegidos. Indios, negros, gauchos, gringos, cabecitas: los bárbaros desde la óptica de la civilización. Sarmiento, claro, el Facundo: "Sobre esta razón occidental –explicó Feinmann–, la civilización que Sarmiento dice que tenemos que traer a nuestra patria, Walter Benjamin señaló que ‘está cuestionada por el ángel de la historia que mira hacia atrás y lo único que ve es un paisaje en ruinas’". En su inventario, recordó el filósofo, están las guerras mundiales, Hiroshima, los campos nazis de exterminio.

"Lo grande de Sarmiento –siguió Feinmann– es que está lleno de contradicciones: es un gran escritor y es un asesino. Muy pocos pueden jactarse de eso. No creo que los escritores que pasaron por este ciclo hayan matado gente; Sarmiento sí: gobernó, escribió, mató, hizo todo. Era un verdadero titán." Luego refirió el beneplácito del sanjuanino en su libro El Chacho ante la aplicación de la "guerra de policías" en el asesinato de Peñaloza, cuya cabeza fue colocada para escarmiento en la punta de una pica.
"La figura del otro absoluto es aquel a quien yo mato", dijo Feinmann. "Para matarlo, le quito su condición humana. Pilar Calveiro cita, en Poder y desaparición, una frase de Ramón Camps: ‘Nosotros no matamos personas, matamos subversivos’." En ese sentido, las últimas líneas del texto de Sarmiento son un buen ejemplo de la supresión del carácter humano del enemigo: "Estas biografías de los caudillos de la montonera –escribió– figurarán en nuestra historia como los megaterios y gliptodontes que Bravard desenterró del terreno pampeano: monstruos inexplicables, pero reales".

El narrador y filósofo fue el último conferencista de "La literatura argentina por escritores argentinos", una serie que comenzó en junio de 2006 y terminó el martes en la sala Borges de la Biblioteca, por donde pasaron veinticuatro autores entre poetas, dramaturgos y narradores. Sylvia Iparraguirre, coordinadora general e ideóloga del ciclo, recordó frases, definiciones y/o anécdotas de Roberto Fontanarrosa, Ricardo Piglia, Griselda Gambaro, Alan Pauls, Héctor Tizón y Diana Bellessi, algunos de los protagonistas de los encuentros. "Hemos asistido al verdadero poder de la palabra", dijo la escritora, y destacó "la maravillosa y enriquecedora diversidad de géneros, estéticas e ideas" desplegadas por los participantes. Diego Videla, a cargo del Programa Cultural del Banco Galicia –que solventó el ciclo–, señaló que las conferencias serán reunidas en un libro, y Horacio González, director de la Biblioteca, resaltó que "la confianza de que los escritores puedan expresarse de la forma en que lo indican sus conciencias creativas muestra que hay algo en la literatura que nos redime, nos reencuentra y nos repone de una forma generosa en la actualidad".

Con frondosos y lúcidos enlaces con los grandes filósofos que abordaron el tema, Feinmann siguió su recorrido por la Vida del Chacho de José Hernández, para quien "el otro" son "los salvajes unitarios" que "están de fiesta". Peñaloza, escribe Hernández, ha sido degollado y su sangre clama venganza. "Esta es también una dialéctica en nuestra historia", señaló Feinmann. "Cuando la venganza se realiza, se derrama otra sangre. Y esta sangre también pide venganza. Hay ahí una especie de espiral que pareciera no detenerse nunca; quizá la historia del hombre sea efectivamente derramar sangre y faenarse los unos a los otros. No tenemos más que ver los diarios todos los días.
Yo ya no tengo muchas esperanzas de que el mundo cambie en este sentido; cuando escribí La sangre derramada tenía ciertas ilusiones de que podía elaborarse una utopía sobre una historia que redujera sus márgenes de violencia. Pero en ese momento no me atrevía a hacer un diagnóstico o una definición; hoy estoy más cerca de eso y creo que la violencia forma parte de la condición humana: esto lo vio muy bien Freud en El malestar en la cultura."

"El otro es uno de los grandes temas de El matadero de Esteban Echeverría –prosiguió Feinmann–, un cuento literariamente formidable que intenta demostrar que la gente del matadero no se diferencia de las bestias; el unitario elegante que pertenece a la civilización y porta los valores de la cultura es degollado por bestias a las que hay que matar." El escritor leyó luego tramos muy xenófobos de Amalia de José Mármol y de Juvenilia de Miguel Cané, y volvió a José Hernández, esta vez para refrescar los versos del Martín Fierro de tono peyorativo para los aborígenes y los inmigrantes. "Hernández era más lúcido que la burguesía de Buenos Aires y no quería que el gaucho fuera ‘el otro’", explicó Feinmann. "Le interesaba que fuera aceptado por la civilización, porque era mano de obra especializada y barata. Sus odios profundos eran los indios y los gringos."

"La civilización ha combatido a la barbarie con la barbarie; le ha temido siempre, y tanto que jamás la ha podido integrar", concluyó el filósofo. "Este momento es particularmente trágico, porque antes la chusma ultramarina se rebelaba con el anarco-sindicalismo, había un encuadramiento racional de la protesta. Hoy no hay industrias, ni compañerismo de clase, ni capacidad organizativa de lo que fue la clase obrera.
Hoy hay furia, hambre, bronca, y una violencia latente que no creo que sea muy fácil eliminar. Si algo no se hace en este país, los countries van a pasarla mal; la ciudad culta, opulenta y llena de luces va a encontrar presencias cada vez más temibles. En suma, el capitalismo, desde 1492 –eso que Marx llamó la acumulación original–, sigue chorreando lodo y sangre, y no es un sistema capaz de integrar a los que expulsa. En consecuencia, es la guerra. ¿Cómo podría evitarse en nuestro país? Con una política eficazmente distributiva de educación e integración de aquellos a quienes se ha expulsado de la dignidad de la sociedad de los hombres."

miércoles, marzo 25, 2009

Antes de subirte a un avión asegurate de que el piloto sea ateo

El piloto del avión siniestrado en Sicilia prefirió rezar antes que actuar:

El pilotó rezó en lugar de tomar medidas de emergencia para aterrizar antes de estrellarse. El capitán tunecino que ayer fue sentenciado a 10 años de cárcel en Palermo por el accidente donde murieron 16 personas en Sicilia en 2005 no reaccionó como debía. Prefirió rezar que actuar.
Además de muertos, el siniestro dejó a los supervivientes nadando en el mar o encaramándose al avión para salvar su vida. Además de un fallo técnico, la acusación también probó que el piloto y copiloto (ambos sentenciados a 10 años de prisión) sucumbieron al pánico y comenzaron a rezar en alto en lugar de hacer su trabajo.
http://www.abc.es/20090324/internacional-europa/piloto-avion-siniestrado-sicilia-200903241237.html

Un piloto pierde el juicio en pleno vuelo y pide hablar con Dios

Pánico y angustia. Así describen los pasajeros de un avión de Air Canada que partió hace unos días del aeropuerto Toronto con destino a Londres su experiencia a bordo, según recoge la BBC .
La causa no fue otra que la salud del piloto quien, en un momento del trayecto, salió de su cabina muy alterado y pidiendo a gritos hablar con Dios.
http://www.20minutos.es/noticia/342232/0/piloto/vuelo/dios/

Fuente: Ateos/Teistas

viernes, marzo 13, 2009

Ropa limpia

Me fuí a rebuscar en el grupo en el que lo escribí (al año 2004.. cómo pasa el tiempo!). Que como bien decía Carmen en su casa, algo se puede hacer, aunque sea un granito de arena, para mejorar un poco las cosas, y si no... para no empeorarlas.

En realidad de lo que hablábamos era de la felicidad, bienestar (con uno mismo) y de que si no se le da permiso a lo externo para molestarte, la felicidad está dentro de uno mismo.
No comento más eso aquí, porque ya lo hice allí.
Solo pego el mensaje, tal como lo escribí en su día, porque cuando leí la frase de marras, me pregunté cómo se le podría aplicar a aquellas mujeres, o a tanta gente en situaciones parecidas o incluso peores....

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Creo que éste va a ser mi panel favorito desde ahora. Porque yo, como hobbie, practico el intentar mejorarlo todo. Lo que tengo al lado o muy cerca, pero tambien lo que me queda muy lejos. No hace falta pertenecer a ninguna ONG para hacer algo positivo por los demás, pero te da una visión más completa de donde están los problemas y de lo que cada uno puede hacer, aunque sea poco para, si no arreglar, por lo menos no seguir empeorandolo todo.

Yo, puedo hablar y hablo, de lo que sé y conozco, de lo que he vivido en primera persona, sobre un asunto del que muchos hablan, opinando sobre todo por la idea que se hacen de las cosas que leen y que otros han escrito.

Hace unos quince años, buscando trabajo después de un divorcio que me dejó sin ganas de nada más que liarme a trabajar todas las horas del mundo para no estar autocompadeciendome todo el dí­a y, de paso, conseguir una autonomí­a que hasta entonces no necesitaba, me presenté en una empresa de confección, que puso un anuncio en el periodico, buscando inspectoras de calidad, monitoras de talleres y no sé cuantas cosas más.

La empresa se llama MAYORAL y tení­an unos cuantos talleres de confección por algunos pueblos de Málaga y Cadiz.

Yo no solo no era nada de lo que pedía el anuncio, sino que ni siquiera sabía qué tipo de trabajo era ese. No envié ningún curriculum por lo mismo.

Me fuí directamente a presentarme porque el sueldo era de 200.000 pesetas, que en aquel entonces, incluso aquí, merecía la pena intentar conseguir el empleo.

No engañé a nadie, de entrada les dije que no tenía ni idea de confección, ni de calidad, ni de talleres ni maquinaria, pero que fuera lo que fuera, si me daban la formación necesaria, estaba dispuesta a trabajar para ser la mejor en el menor tiempo posible. Al día siguiente estaba haciendo las maletas para ir a Madrid y hacer un curso de tres meses. Monitora, visitadora e inspectora de calidad.

Ganaba bastante más de las 200.000 prometidas, porque no paraba de viajar y lo tenía todo pagado y por cada viaje te pagaban un plus. Durante dos años todo fué perfecto, aunque ya estaba frenando un poco el ritmo, pero creo que hice más km. que muchos camioneros!

Después de eso, fueron poco a poco cerrando talleres (ahora en Málaga no queda ni uno) y abriendolos en Marruecos, en la India, en Indonesia y en China. Marruecos es un país maravilloso, precioso, que a mí­ me fascina, tanto como su cultura y su gente. Desde que fuí­ por trabajo y no por placer, no he vuelto a pisarlo porque ya no podría disfrutar de todo lo que el turista tiene a su alcance sin saber lo que se esconde detrás.

Cuando fuí­ a la India enfermé de un montón de cosas que me dejaron sin fuerzas para una larga temporada y el último viaje que hice, fué a Bangladesh. En Dhaka acabaron con las ganas que tení­a de trabajar. Volví enferma, del cuerpo y del alma, me despedí de la empresa y casi un año me costó tener fuerzas para seguir con mi vida.

Es muy largo de contar y son muchas cosas, pero intentaré ser muy breve.

Llegabas a un taller sin avisar, y de toda la confección terminada y preparada para embalar, tení­as que coger una prenda y revisar la calidad de la confección.

El taller apestaba, no tení­a ventilación ninguna, la luz, insuficiente, vená­a de unas lamparas con una bombilla pelada que colgaban de un largo cordón desde el techo, habí­a unas 60 mujeres cada una con su maquina directamente en el suelo sobre unos tapetes mugrientos.

Le dije al jefe del taller que me trajera una camisa de uno de los montones allí  apilados y después de revisarla le mostré un puño muy mal rematado para que lo desechara. El la miró, buscó la etiquetita con el número de la mujer que la habí­a cosido  y la llamó. Ella se levantó y vino hacia nosotros con la cabeza gacha hasta situarse delante de el jefe, que sin mediar palabra alguna, cogió un bate de beisbol que tení­a apoyado en la mesa, lo levantó y le asestó tal golpe en la cabeza, que la mujer cayó desplomada a mis piés, como un toro cuando lo rematan con la puntilla. Nunca olvidaré el ruido de su craneo al romperse, el charco de sangre que apareció de pronto, ni el silencio que se hizo durante apenas dos o tres segundos, porque enseguida siguieron todas como si nada hubiera pasado. 

¿ Qué se puede hacer? Pues yo, por lo menos, no ser un engranaje más de esa maquina aniquiladora de personas, aunque supongo que alguna otra estará en estos momentos mirando para otro lado para ganar un sueldo que supone lo que varios talleres como aquel ganan en total en un año entero de trabajar de sol a sol.

Igual que todos miran para otro lado y no quieren enterarse de que la mayoría de las marcas están haciendo lo mismo.

Cada uno decidirá lo que hace y lo que compra, pero espero que después de leer algunas cosas, se lo piensen un poco y visiten algunos sitios de internet.

Si la gente que trabaja en ONGs lo hace para salir guapa en la foto, como dicen algunos, estoy segura de que a los que beneficia les importa un bledo y ya quisieran ellos que muchos más trabajaran en la medida de sus posibilidades por ayudarles, aunque solo sea por salir guapos en la foto!

Este es muy interesante, por si quieren saber un poco más.

ROPA LIMPIA

Angie