jueves, julio 29, 2010

Adeu a los toros y olé

Adéu a los toros y olé

La prohibición de los toros es una venganza por el
éxito de la Selección Española.

Jaime Mayor Oreja (fuente), autor asimismo de:
¿Por qué voy a tener que condenar yo el
franquismo si hubo muchas familias que lo
vivieron con naturalidad y normalidad? (Fuente)

España se rompe. Otra vez. 

Dicen Rajoy y Aguirre que los catalufos no quieren ser españoles y, por tanto, se han vuelto ecologistas los muy cabrones. Porque matar toros, ya se sabe, es muy español. ¡Qué coño, es la esencia misma de España! Y Alfonso Alonso, presidente del PP vasco, se lanza un órdago y afirma que en Euskadi las corridas permanecerán en la legalidad porque -ojo- "los toros los inventaron los vascos". 

La prensa internacional se hace un eco más bien desconcertado: España, la próxima Grecia, gana todo en deportes y pierde los cuernos por el camino. Pero no toda España, aclaran, sólo Catalonia, la más cool de las spanish regions, la del Barça, Woody Allen y las Erasmus. 

¡Los toros los criamos nosotros y nos los follamos cuando queremos!, clama la masa profiesta nacional. El macho contra el bicho, lentejuelas y testosterona son parte de la idiosincrasia del país más rico de África. ¿Acaso no es cruel comerse un filete?, gritan entre lágrimas los patriotas de vieja escuela. ¿Acaso no hay un poso de barbarie en una tostadita con paté? ¿Acaso no dijo Jesucristo: "id y haced lo que os salga de la punta del nabo con los bichos y que no se os pase cobrar entrada"? ¿Acaso no llevamos matando toros desde que el primer sol se alzó, glorioso, sobre el Vasto Imperio Español? 

Olvídate de la sangre en la arena, piensa en la tradición. Ésa es la palabra de moda en España desde los Reyes Católicos. Por tradición rezamos, por tradición guardamos luto, vamos y venimos de Santiago, pedimos suerte a la Virgen y perdón a Jesucristo. Por tradición juramos honor a la Constitución y al Rey y al semen de toro y a nuestra señora y a la madre de nuestra señora. Por tradición mantenemos contacto con la prima, rezamos en las escuelas y abrillantamos águilas en los edificios. La tradición es un invento fantástico para ir tirando sin pensar demasiado y sin cuestionar los viejos modelos de nuestros padres. 

La derecha más rancia (esto es, la derecha entera) ve en la prohibición catalana una mutilación de los derechos civiles. Montilla y Blanco, iconos del librepensamiento, proclaman a los cuatro vientos que ellos están en contra de las prohibiciones. Hoy, en televisiones y periódicos, la inmensa mayoría de nuestros políticos enarbolan el eslogan sesentayochista de la no-prohibición (una tesis, por cierto, que también defienden los republicanos norteamericanos). Son, curiosamente, los mismos políticos que ilegalizan partidos, cierran periódicos, justifican el secuestro de revistas de humor y politizan la justicia. Los mismos que ejercitan el cinismo con tal naturalidad que ya nos parece algo consustancial a la democracia. 

España, sería mi titular, abandona lentamente la Edad Media. Los motivos son lo de menos. A ver si, con un poco de suerte, rompemos España de verdad y volvemos a hacerla partiendo de cero.

(Mi mesa cojea)

miércoles, julio 28, 2010

MUCHAS GRACIAS, CATALANES!!!


Hoy siento que España es un poco más civilizada, aunque solo sea por la parte de arriba del mapa, espero que ese primer paso abra camino y mentes.

Ya andan los peperos queriéndo enmendar.



lunes, julio 26, 2010

SOBRE EL MUNDIAL (E. GALEANO)



EL REINO MÁGICO



Pacho Maturana, colombiano, hombre de vasta experiencia en estas lides, dice que el futbol es un reino mágico donde todo puede ocurrir.

El Mundial reciente ha confirmado sus palabras: fue un Mundial insólito.

• Insólitos fueron los 10 estadios donde se jugó, hermosos, inmensos, que costaron un dineral. No se sabe cómo hará Sudáfrica para mantener en actividad esos gigantes de cemento, multimillonario derroche fácil de explicar pero difícil de justificar, en uno de los países más injustos del mundo.

• Insólita fue la pelota de Adidas, enjabonada, medio loca, que huía de las manos y desobedecía a los pies. La tal Jabulani fue impuesta, aunque a los jugadores no les gustaba ni un poquito. Desde su castillo de Zurich, los amos del futbol imponen, no proponen. Tienen costumbre.

• Insólito fue que por fin la todopoderosa burocracia de la FIFA reconociera, al menos, al cabo de tantos años, que habría que estudiar la manera de ayudar a los árbitros en las jugadas decisivas. No es mucho, pero algo es algo. Ya era hora. Hasta estos sordos de voluntaria sordera tuvieron que escuchar los clamores desatados por los errores de algunos árbitros, que en el último partido llegaron a ser horrores. ¿Por qué tenemos que ver en las pantallas de televisión lo que los árbitros no vieron y quizá no pudieron ver? Clamores de sentido común: casi todos los deportes, el basquetbol, el tenis, el beisbol y hasta la esgrima y las carreras de autos, utilizan normalmente la tecnología moderna para salir de dudas. El futbol, no. Los árbitros están autorizados a consultar una antigua invención llamada reloj para medir la duración de los partidos y el tiempo a descontar, pero de ahí está prohibido pasar. Y la justificación oficial resultaría cómica, si no fuera simplemente sospechosa: el error forma parte del juego, dicen, y nos dejan boquiabiertos descubriendo que errare humanum est.

• Insólito fue que el primer Mundial africano en toda la historia del futbol quedara sin países africanos, incluyendo al anfitrión, en las primeras etapas. Sólo Ghana sobrevivió, hasta que su selección fue derrotada por Uruguay en el partido más emocionante de todo el torneo.

• Insólito fue que la mayoría de las selecciones africanas mantuvieran viva su agilidad, pero perdieran desparpajo y fantasía. Mucho corrieron, pero poco bailaron. Hay quienes creen que los directores técnicos de las selecciones, casi todos europeos, contribuyeron a este enfriamiento. Si así fuera, flaco favor han hecho a un futbol que tanta alegría prometía. África sacrificó sus virtudes en nombre de la eficacia, y la eficacia brilló por su ausencia.

• Insólito fue que algunos jugadores africanos pudieran lucirse, ellos sí, pero en las selecciones europeas. Cuando Ghana jugó contra Alemania se enfrentaron dos hermanos negros, los hermanos Boateng: uno llevaba la camiseta de Ghana y el otro la de Alemania.

De los jugadores de la selección de Ghana, ninguno jugaba en el campeonato local de Ghana.

De los jugadores de la selección de Alemania, todos jugaban en el campeonato local de Alemania.

Como América Latina, África exporta mano de obra y pie de obra.

• Insólita fue la mejor atajada del torneo. No fue obra de un golero, sino de un goleador. El atacante uruguayo Luis Suárez detuvo con las dos manos, en la línea del gol, una pelota que hubiera dejado a su país fuera de la Copa. Y gracias a ese acto de patriótica locura, él fue expulsado, pero Uruguay no.

• Insólito fue el viaje de Uruguay, desde los abajos hasta los arribas. Nuestro país, que había entrado al Mundial en el último lugar, a duras penas, tras una difícil clasificación, jugó dignamente, sin rendirse nunca, y llegó a ser uno de los mejores. Algunos cardiólogos nos advirtieron, desde la prensa, que el exceso de felicidad puede ser peligroso para la salud. Numerosos uruguayos, que parecíamos condenados a morir de aburrimiento, celebramos ese riesgo, y las calles del país fueron una fiesta. Al fin y al cabo el derecho a festejar los méritos propios es siempre preferible al placer que algunos sienten por la desgracia ajena.

Terminamos ocupando el cuarto puesto, que no está tan mal para el único país que pudo evitar que este Mundial terminara siendo nada más que una Eurocopa. Y no fue casual que Diego Forlán fuera elegido mejor jugador del torneo.

• Insólito fue que el campeón y el subcampeón del Mundial anterior volvieron a casa sin abrir las maletas.

En el año 2006, Italia y Francia se habían encontrado en el partido final. Ahora se encontraron en la puerta de salida del aeropuerto. En Italia, se multiplicaron las voces críticas de un futbol jugado para impedir que el rival juegue. En Francia, el desastre provocó una crisis política y encendió las furias racistas, porque habían sido negros casi todos los jugadores que cantaron la Marsellesa en Sudáfrica.

Otros favoritos, como Inglaterra, tampoco duraron mucho. Brasil y Argentina sufrieron crueles baños de humildad. Medio siglo antes, la selección argentina había recibido una lluvia de monedas cuando regresó de un Mundial desastroso, pero esta vez fue bienvenida por una abrazadora multitud que cree en cosas más importantes que el éxito o el fracaso.

• Insólito fue que faltaran a la cita las superestrellas más anunciadas y más esperadas. Lionel Messi quiso estar, hizo lo que pudo, y algo se vio. Y dicen que Cristiano Ronaldo estuvo, pero nadie lo vio: quizás estaba demasiado ocupado en verse.

• Insólito fue que una nueva estrella, inesperada, surgiera de la profundidad de los mares y se elevara a lo más alto del firmamento futbolero. Es un pulpo que vive en un acuario de Alemania, desde donde formula sus profecías. Se llama Paul, pero bien podría llamarse Pulpodamus.

Antes de cada partido del Mundial, le daban a elegir entre los mejillones que llevaban las banderas de los dos rivales. Él comía los mejillones del vencedor, y no se equivocaba.

El oráculo octópodo influyó decisivamente sobre las apuestas, fue escuchado en el mundo entero con religiosa reverencia, fue odiado y amado, y hasta calumniado por algunos resentidos como yo, que llegamos a sospechar, sin pruebas, que el pulpo era un corrupto.

• Insólito fue que al fin del torneo se hiciera justicia, lo que no es frecuente en el futbol ni en la vida.

España conquistó, por primera vez, el campeonato mundial de futbol.

Casi un siglo esperando.

El pulpo lo había anunciado, y España desmintió mis sospechas: ganó en buena ley, fue el mejor equipo del torneo, por obra y gracia de su futbol solidario, uno para todos, todos para uno, y también por las asombrosas habilidades de ese pequeño mago llamado Andrés Iniesta.

Él prueba que a veces, en el reino mágico del futbol, la justicia existe.

* * *

Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: Cerrado por futbol.

Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado 64 partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido.

Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.

Ya empiezo a extrañar la insoportable letanía de las vuvuzelas, la emoción de los goles no aptos para cardiacos, la belleza de las mejores jugadas repetidas en cámara lenta. Y también la fiesta y el luto, porque a veces el futbol es una alegría que duele, y la música que celebra alguna victoria de ésas que hacen bailar a los muertos suena muy cerca del clamoroso silencio del estadio vacío, donde ha caído la noche y algún vencido sigue sentado, solo, incapaz de moverse, en medio de las inmensas gradas sin nadie.


 
Periódico La Jornada
Martes 13 de julio de 2010, p. 2

viernes, julio 16, 2010

Exámenes (más vale poner algo que dejarlo en blanco)


-Los egipcios transformaban a los muertos en momias para que siguieran vivos. (¡Claro! ¡Por eso todavía ruedan películas!)
-Los emperadores romanos organizaban combates de radiadores. (¡Calentitos los combates!)
-Clovis murió al final de su vida. (¡Inaudito lo de Clovis!)
-Carlomagno se hizo castrar en el año 800. (¡Ay!)
-La mortalidad infantil era muy elevada, excepto entre los ancianos. (¡Vaya potra tuvieron los ancianos!)
-Los niños nacían a menudo a edad temprana. (¡¡¿¿??!!)
-Las nubes con mayor carga de lluvia son los gruesos cunilíngüis. (¡Con esas edades tienen las hormonas en revolución y eso tiene que salir por algún lado!)
-China es el país más poblado con mil millones de habitantes por metro cuadrado. (¡Claro, por eso son tan delgaditos todos!)
-Para conservar mejor el hielo, hay que congelarlo. (¡Como sabe todo el mundo!)
-El paso del estado sólido al estado líquido se llama follifacción. (¡Más hormonas en efervescencia!)
-Un kilo de mercurio pesa prácticamente una tonelada. (¡Gramo más, gramo menos!)
-La climatización es una calefacción fría con gas, aunque igual es lo contrario. (¡Vaya, me he perdido!)
-Antiguamente, los chinos no tenían ordenadores y contaban con sus bolas. (¡Hombre! ¡Qué habilidad!)
-Las fábulas de La Fontaine son tan antiguas que se ignora el nombre del autor. (¡Mira tú!)
-Los pintores más famosos son Mickey Ángel y Leotardo DaVinci. (¡La última de Disney! ¡Mickey y el leotardo!)
-El perro, al menear el rabo, expresa sus sentimientos como lo hace el hombre. (¡Por fin una verdad!)
-Los calamares gigantes agarran a sus presas entre sus gigantescos testículos. (¡Me da terror sólo de imaginármelo!)
-Los caracoles son todos homosexuales. (¡Alguno hasta ha salido del armario y todo!)
-La alcachofa contiene hojas y pelos tupidos en la parte de atrás. (¡No me vuelven a pillar comiendo alcachofas!)
-El cerebro de las mujeres se llama cerebelo. (¡El plan de igualdad a tomar viento!)

miércoles, julio 14, 2010

Abertzales, patria y religión

La patria vasca


Estos días la izquierda abertzale anda pidiendo muestras de solidaridad a hosteleros, comerciantes y a cuantos se cruza por el Casco Viejo de Bilbao. Resulta que en las fiestas patronales de agosto no se podrán exhibir fotos de etarras, y los abertzales buscan la complicidad de terceros para desfacer semejante agravio por parte del opresor gobierno de Patxi López. 

Diré, para quien no esté al tanto de la política vasca, que las fotos de etarras son la pornografía abertzale, el material masturbatorio de los que odian España, el santoral de quienes opinan que mutilar concejales y periodistas fortalece la democracia. El icono de la libertad de los imbéciles. 

Todos los colectivos están formados por imbéciles en un porcentaje más o menos elevado. Cuanto más dogmáticos son los principios del colectivo (es decir, cuanto menos crítica sea capaz de asumir el colectivo) mayor será el porcentaje de imbéciles adoctrinados (ya que aquellas personas con capacidad crítica y valor para exponerla acaban siendo expulsadas). De ahí que los partidos políticos y las religiones congreguen a una inmensa mayoría de imbéciles y a una minoría de personas inteligentes. 

Ésta es la razón que explica que la izquierda abertzale radical esté formada, casi en su totalidad, por imbéciles violentos incapaces de generar un pensamiento lateral, incapaces de empatizar, de asumir ideas nuevas y absolutamente faltos de talento creativo (su inexistencia política de los últimos años es una prueba evidente de su nula inteligencia estratégica). 

Este grupo se ha apropiado del epíteto abertzale, que significa "patriota", palabro reservado a los grupos de extrema derecha y a quienes han decidido acotar sus esfuerzos solidarios a su propia patria, sea ésta Israel, Estados Unidos, España o Euskal Herria. 

Yo tuve la suerte de estudiar en un colegio católico vasco donde no había chicas pero sí pecados y en una universidad vergonzosamente politizada en la que algunos de mis profesores daban clase con escoltas y otros les insultaban por españoles. Esto, por más que parezca una situación terrible, es fantástico para inmunizarte de por vida contra los imbéciles y los dogmáticos, tanto políticos como religiosos. 

Euskadi ha vivido durante generaciones bajo las condenas del nacionalismo y la religión, lauburus y crucifijos, patria y muerte, asesinos, víctimas y una gran mayoría silenciosa. Negrura y aburrimiento. Ahora la administración de Patxi López sustituye ikurriñas por rojigualdas, cambiando los colores de un mismo nacionalismo. Y los vascos, en pueblos y ciudades, siguen acogiéndose a su Dios y Vírgenes protectoras. Cuentos infantiles -patria y Dios- inventados por nuestros antepasados para que los más débiles encuentren sentido a sus vidas. 

Cuentos infantiles que han forjado la Euskadi de hoy: un país de masturbación y violencia. Un país de empresarios ricos que no figuran por miedo a la extorsión, de imparable fuga de cerebros, de crecimiento poblacional negativo, y de treinta años de vecinos muertos para que, al final, la globalización plante un Burger King encima del árbol de Gernika a golpe de talonario. 

Y en mitad de ese paisaje desolado por la tradición, los mitos y la homogeneización mental del siglo veintiuno, los abertzales piden solidaridad para no sé qué asunto de no sé qué fotos de unos asesinos. Yo, me temo, reservaré mi solidaridad para una causa más sexy. Que pongan esas fotos en sus casa, sobre el cabecero de la cama, en el mismo hueco donde sus abuelas clavaron a Jesucristo. Y que se masturben bien.

(mi mesa cojea. Jose A. Pérez)

jueves, julio 01, 2010

Para Inésita


Estoy por hacer una colecta y comprarte entre todos un libro visitas donde se puedan poner cosas que desfaraten toa la entrada. So pija, queres mu pijaaa  :P

Hala, ahí tienes, pa que no sigas soñando con maratones :)