martes, junio 30, 2009

El normal caos del amor

"... El amor es una búsqueda de uno mismo, un ansia de estar realmente en contacto con el yo y con el tú, de compartir el cuerpo y el pensamiento, de encontrarse el uno al otro sin guardarse nada, de hacer confesiones y ser perdonado, de comprender, de confirmar y de apoyar lo que era y lo que es, de añorar un hogar y de confiar en contrarrestar las dudas y ansiedades que genera la vida contemporánea. Si nada parece cierto o seguro, si incluso respirar resulta arriesgado en un mundo contaminado, entonces la gente se lanza a la caza de engañosos sueños amorosos hasta que, de repente, se convierten en pesadillas. ..."

Ulrich Beck y Elizabeth Beck-Gernsheim

Lo que no vengo a decir

Yo no sé durante cuánto más tiempo tendrá sentido que escribamos artículos los que los hacemos, pero me temo que es un género al que le queda poca vida. Tal vez desaparezca sólo a la vez que los periódicos, al menos los de papel impreso, pero también es posible que le llegue antes su hora, dado el número creciente de lectores que no sabe entenderlos o -lo que es aún más deprimente- no está dispuesto a entenderlos, no le da la gana de hacerlo.

Entre los que no saben se cuentan cada vez más jóvenes, como ponen de manifiesto los informes PISA y demás encuestas sobre la enseñanza, según las cuales va siempre en aumento la proporción de estudiantes incapaces de comprender un texto breve, no digamos de resumirlo. Y es de suponer que, cuando dejen atrás sus estudios y ni siquiera tengan que ejercitarse ni examinarse, los comprendan aún menos, por lo que la población adulta futura será analfabeta en la práctica: sabrá leer palabras sueltas, pero no las entenderá combinadas, y sobre todo no entenderá los conceptos, los razonamientos ni las argumentaciones, ni podrá detectar una contradicción ni una incongruencia. Habrá excepciones, claro está, y serán ellas las que manejen el cotarro, porque en contra de lo que muchos jóvenes y pedagogos creen -que no sirve de nada aprender lo que no va a utilizarse profesionalmente-, quienes tengan una cabeza estructurada seguirán siendo los sobresalientes del mundo. El que sepa latín -"una pérdida de tiempo"- y matemáticas -algo "casi innecesario", con las máquinas calculadoras- sacará una ventaja insalvable a sus especializados contemporáneos.

Javier Marías (completo en El País)

Papeles inesperados

Para alegría de cronopios y sorpresa de famas y esperanzas, Julio ha vuelto en Mayo desde la otra orilla. Y aquí estamos todos bailando catala sin parar en torno a esa vieja cómoda que, volviendo a sus esencias de árbol, nos florece estos «Papeles inesperados».
Aurora Bernárdez, su viuda oficial, aunque no única, pues todas sus lectoras lo somos de algún modo, y el crítico y escritor Carles Alvarez han atado estas hojas olvidadas que nos devuelven al gigante fascinador de palabras veinticinco años después de haberle disputado a la vida su último round.
Es difícil creerse que una viuda heredera universal y depositaria de un legado literario de la inmensidad de Cortázar haya vivido un cajón como una casa tomada en la que no entrar durante décadas. En cualquier caso, da igual que este hallazgo sea producto de magias cortazarianas o estrategias editoriales. Dice Carles Alvárez en su prólogo que hay dos tipos de lectores: los héroes que somos los que queremos saber todo del escritor, aunque sean las notas para el panadero, o los vinagretas que considerarán que esta obra traiciona su memoria. Los primeros estamos de enhorabuena, los segundos siempre pueden optar por ignorar estos papeles de Cortázar sin Cortázar.

Queda la duda de si El Gran Cronopio hubiera querido esta publicación y el orden o inclusión de algunos de sus contenidos. Como dice el propio autor en «De trufas y topos», “para corregir todos tenemos tiempo y ojos”. Pero claro, eso lo escribió cuando vivía y veía. Papeles inesperados reúne algunos textos que el propio Cortázar descartó de «Historias de Cronopios y Famas», de «Libro de Manuel» y de «Un tal Lucas». De todas formas, los que queremos tanto a Julio, sólo nos atenemos al placer de este nuevo descubrimiento. Con la tranquilidad de que él mismo se encargó en vida de quemar y destruir mucho de lo que que no quería ver publicado, pero con la duda razonable de que el fuego no haya alcanzado todos los fuegos que el hubiera encendido a día de hoy.

MARIA LUISA SANJUAN IRIARTE (Completo en ABC-Cultura)

viernes, junio 26, 2009

Buenos y malos (mirando al vecino Berlusconi, por si nos reconocemos)


 "Calderoli pide a Berlusconi dar marcha atrás sobre los inmigrantes"
· "¿No basta con atropellarlos?"



Riccardo Marassi

Traducción: Julio Castro – laRepúblicaCultural.es

Creo haber escrito ya en algún sitio, cómo hoy en día, las categorías de juicio se han simplificado y complicado a un tiempo. Me refiero, en concreto, a la dicotomía bueno/malo que a estas alturas, ya sólo encuentra aplicación en el ámbito pedagógico.

A los niños les reprochamos ser malos y les invitamos a ser buenos, y queda como la última selección memorable la que en su tiempo se hacía en clase, en la pizarra.

La maldad no forma parte de nuestra forma de juicio cotidiana. Preferimos categorías más complejas y absolutorias.

Si Rosa Bazzi extermina a sus vecinos de casa y corta la garganta a un niño de dos años, o bien, si Annamaría Franzoni asesina al hijito de tres años, a ninguno le viene en mente que Rosa Bazzi o Annamaría Franzoni puedan ser malas. Se prefiere pensar que están “locas”.

La definición genérica de la enfermedad mental resulta mucho más confortante, las dos son “enfermas mentales” y, por tanto, “diferentes” de nosotros. Esa maldad no nos concierne.

En el pasado se llegaba a encerrar a los locos en los manicomios y, aislándolos, se asumía el engaño de haber aislado también la diversidad, haber exorcizado también la maldad de la cual nos considerábamos capaces.

En realidad hay muchas más personas malvadas que “locas” y, a menudo, la maldad no comparte los mismos ámbitos de la enfermedad mental, siendo una prerrogativa de los “cuerdos”.

Aún más rara resulta la aplicación de las categorías bueno/malo en política. Reino no contrastado de la complejidad de juicio exenta de toda valoración de tipo emotivo.

La única concesión se refiere a la honestidad, pero sólo porque atribuímos a esta cualidad una función de fiabilidad intrínseca.

No entregaremos nunca nuestro destino a una persona deshonesta. Queda por comprender por qué, en cambio, no ponemos reparos en confiar, o poco menos, nuestro destino a una persona malvada.

Por estos motivos me ha dejado muy estupefacto la afirmación hecha por Giulio Andreotti que, tras haber visto “El Divo”, film de Sorrentino, ha declarado “Yo no soy así de malo”.

Cabía esperar alguna objeción de tipo político, o bien una defensa del mérito de su implicación en las acciones de la mafia, de las cuales se habla en la película. En cambio, Andreotti no ha descendido más que a que su personaje fuese “malo”. Andreotti es ya, en resumen, un personaje de otros tiempos. Mientra que, en cambio, hay quien no hace caso alguno a este tipo de categorización. Como el ministro Roberto Calderoli.

Calderoli intervino en el debate sobre la condena penal al hecho de la inmigración clandestina y, en respuesta a quienes sostenían que no se puede encarcelar a las personas, tan solo porque entran clandestinamente en nuestro país, ha querido acallar esos temores. Calderoli explicó que, el verdadero objetivo, no es encarcelar a clandestinos, sino devolverles a su lugar de origen. De hecho, ha precisado Calderoli, “la verdadera condena para estas personas no es la prisión, sino regresar a su propio país”.

Leí más veces la declaración del ministro, buscando encontrar un nuevo sentido. Que quedaba (¡hay de mí!) invariable

Ante todo, de la declaración de Calderoli, se deduce que el ministro es bien consciente de que, para muchas de estas personas, la vida en su propio país de origen es, precisamente, una condena. Sea por hambre, miseria, guerra o porque estén perseguidos por razones políticas o raciales. Pero Calderoli no afirma que, de hecho, estemos obligados a devolverles, pese a saber todo esto. Calderoli dice que los devolvemos y no les enviamos a la cárcel, porque aquella es para ellos la pena mayor.

Como si quien entra clandestinamente y por desesperación en nuestro país, mereciese un castigo. Una condena, de hecho. Es más, la mayor condena posible. Hay un odio injustificado, un sentimiento y una agresividad en las palabras de Calderoli, por de más, agravados por el hecho de que se dirigen hacia personas desgraciadas y desafortunadamente, nacidas en la parte equivocada del mundo.

Calderoli es una mala persona. Y que a nadie le venga en mente decir que está “enfermo”.

jueves, junio 25, 2009

Dreams


DREAMS

(stevie nicks - Fleetwood Mac)

Now here you go again
You say you want your freedom
Well who am I to keep you down
Its only right that you should
Play the way you feel it
But listen carefully to the sound
Of your loneliness
Like a heartbeat.. drives you mad
In the stillness of remembering what you had
And what you lost...
And what you had...
And what you lost

Thunder only happens when its raining
Players only love you when theyre playing
Say... women... they will come and they will go
When the rain washes you clean... youll know

Now here I go again, I see the crystal visions
I keep my visions to myself
Its only me
Who wants to wrap around your dreams and...
Have you any dreams youd like to sell?
Dreams of loneliness...
Like a heartbeat... drives you mad...
In the stillness of remembering what you had...
And what you lost...
And what you had...
And what you lost

Thunder only happens when its raining
Players only love you when theyre playing
Say... women... they will come and they will go
When the rain washes you clean... youll know





jueves, junio 18, 2009

HIGHWAY TO HELL (mu sentío)


ES que lo quiero tener yo también, así que me traigo aquí el video de Casal Rock que tiene en su site mi novio  (bueno... lo tenemos a medias la Miche y yo, jejeje) el Xavi, que estoy harta ya de dar paseos pallá y pacá.
Porque no se puede tener más arte cantando el Highway to Hell que este par de marchosos.
Esas ganas, ese sentir a satán hasta el tuétano, esa letra, que si no fuera porque te la sabes al dedillo no se entendería ni papa con ese "ligero" acentillo catalán...

Que eso es arte, coño!!!  VISCAN ESTOS DOS!!!


martes, junio 16, 2009

Sixteen tons

Me gustan mucho algunos clásicos del Country, como este.
Son pequeñas historias, algunas muy crudas.
(no voy a traducir toda la letra, el que tenga interés que la busque, solo comentar un poco del tema)

Las compañías mineras (del carbón) se trasladaban a un zona, arrendaban la tierra y construían una ciudad para los trabajadores. Los trabajadores vivían en casas propiedad de la compañía y compraban todas sus necesidades en un almacén, propiedad de la compañía.

El día de paga significaba llevar su cheque al almacén (solo válido allí, o sea, un bono canjeable por mercancía), pagar su deuda, y con suerte, que quedaran algunos dólares de vuelta. Ahí va desgranando cómo y por qué la deuda era cada vez más grande... hasta que ni morirte podías!

Deber su alma al almacen de la compañía = deber allí más de lo que el cheque podía cubrir.
Es la última frase del estribillo:

Saint Peter don't you call me 'cause I can't go
I owe my soul to the company store

(San Pedro no me llames, que le debo mi alma al almacen de la Cia.)



viernes, junio 12, 2009

El entierro de la sardina?



Las playas españolas, salvo deshonrosas excepciones, han sido declaradas aptas para el baño. Hay muchas, ya que la península ibérica tiene vocación de ínsula, y este verano va a haber 'overbooking'. Por desgracia, nuestros políticos, que siguen sin compartir sus propias opiniones, están empeñados en aguarnos la fiesta.

Nos podemos meter en el mar, con garantía, pero lo que se va a poner más difícil es hacer la digestión. Empezaron con la batalla de los chiringuitos, esos castillos rasantes de la gastronomía popular, y ahora la han emprendido con las sardinas donde las lanzas se vuelven cañas en los espetos. Las sardinas de níquel y de sombra son el maná del estío. ¿Qué pasará si Costas prohíbe las zonas de espetos? Por mucho que suban de precio, las sardinas bajan el colesterol y sobre todo están buenísimas. Si no tuviéramos la superstición de juzgar a los alimentos por su precio o si hubiese menos, estarían justamente valoradas. Recuerdo a mi amigo Manolo Caracol, gran partidario, que se cabreaba cuando le servían una espléndida rueda de merluza y gritaba «¡Esto es para enfermos!, ¡otra vez merluza!, ¡con lo buenas que están las sardinas!».

El autor de la inmortal 'Fisiología del gusto', el gran Brillat de Savarín, dice que habría gente capaz de distinguir si el muslo de determinadas aves era del lado derecho o del izquierdo. Eso ya no es posible ni entre los políticos, pero tenía una explicación: ambas patas habían llevado una vida muy desigual hasta llegar a la cazuela: una la encogían y la otra soportaba todo el peso al dormir. Pues bien, hay comedores de espetos que distinguen el puesto que han ocupado al asarse. Cotizan más a la última y a la penúltima, que han heredado las gotas de grasa de las anteriores. Eso es cultura. Y con eso quieren acabar los que legislan a distancia.



(Manuel Alcántara - Diario Sur)

Frases para la historia


Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, en seguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.— Thomas Jefferson en 1802

domingo, junio 07, 2009

Berlusconi & Cia.


Entre los libros que me he comprado el otro día, está "El Cuaderno" de Saramago.
Tenía que ver de primera mano lo que no van a poder leer los italianos sobre su Cavaliere.
Es muy cortito así que seguramente, lo que le pica a Berlusconi no es solo lo que hay sobre él, sino que también habla de sus amigos Bush y Aznar.
Lo copio. (y separo algunos párrafos para que la lectura sea más agradable, aunque no creo que se salve, ni por esas, de las habituales criticas de los detractores, jejeje)

BERLUSCONI & CIA.

Según la revista norteamericana Forbes, el Gotha de la riqueza mundial, la fortuna de Berlusconi asciende a casi diez mil millones de dólares. Honradamente ganados, claro, aunque con no pocas ayudas exteriores, como es, por ejemplo, la mía. Puesto que soy publicado en Italia por la editorial Einaudi, propiedad del dicho Berlusconi, algún dinero le habré hecho ganar. Una ínfima gota de agua en el océano, obviamente, pero al menos le habrá llegado para pagar los puros, suponiendo que la corrupción no sea su único vicio.

Salvo lo que es de conocimiento general, sé poquísimo de la vida y milagros de Silvio Berlusconi, il Cavaliere.
Mucho más que yo sabe, sin duda, el pueblo italiano que una, dos, tres veces lo ha sentado en el sillón de primer ministro. Pues bien, como solemos escuchar, los pueblos son soberanos, y no sólo soberanos, también son sabios y prudentes, sobre todo desde que el continuo ejercicio de la democracia ha facilitado a los ciudadanos ciertos conocimientos útiles  acerca del funcionamiento de la política y sobre las diversas formas de alcanzar el poder. Esto significa que el pueblo sabe muy bien lo que quiere cuando es llamado a votar.

En el caso concreto del pueblo italiano, que es de quien hablamos, y no de otros (ya les tocará el turno), está demostrado que la inclinación sentimental que experimenta por Berlusconi, tres veces manifestada, es indiferente a cualquier consideración de orden moral. Realmente, en la tierra de la mafia y de la camorra ¿qué importancia puede tener el hecho probado de que el primer ministro sea un delincuente? En una tierra en que la justicia nunca ha gozado de buena reputación ¿qué más da que el primer ministro consiga que se aprueben leyes a medida de sus intereses, protegiéndose contra cualquier tentativa de castigo a sus desmanes y abusos de autoridad?

Eça de Queiroz decía que si paseáramos una carcajada alrededor de una institución, ésta se desmoronaría hecha añicos. Eso era antes. ¿Que diremos de la reciente prohibición, ordenada por Berlusconi, de que la película W, de Oliver Stone sea exhibida en el Festival de Cine de Roma? ¿Hasta ahí llegan los poderes de il Cavaliere? ¿Cómo es posible que se haya cometido semejante arbitrariedad, para colmo sabiendo nosotros que, por más carcajadas que demos alrededor de los quirinales, no se van a caer?

Es justa nuestra indignación, aunque debemos hacer un esfuerzo para comprender la complejidad del corazón humano. W, es una película que ataca a Bush, y Berlusconi, hombre de corazón como lo puede ser un jefe mafioso, es amigo, colega, compinche del todavía presidente de Estados Unidos. Están bien uno con el otro. Lo que no estará nada bien es que el pueblo italiano acabe llevando una cuarta vez las posaderas de Berlusconi hasta la silla del poder. No habrá entonces carcajada que nos salve.

Algo huele mal en Italia



El primer ministro italiano pasa frente a un graffiti dirigido contra él. 'Berlusconi en un país normal estaría en prisión' se lee. | David Bebber

El primer ministro italiano pasa frente a un graffiti dirigido contra él. 'Berlusconi en un país normal estaría en prisión' se lee.
  • Buena parte de los ciudadanos han acogido con tolerancia el último escándalo
  • La idea de que haya podido ir a una fiesta con una chica no escandaliza a nadie
  • Todo se puede justificar si se dice que haciéndolo están siendo ellos mismos

¿Pero cómo demonios es posible? ¿De qué manera se explica? ¿Qué diantres les pasa a los italianos? Esas son algunas de las preguntas que muchos se hacen ante un personaje tan inexplicable fuera de Italia como Silvio Berlusconi. La duda trascendental surge de nuevo estos días con fuerza, ante la extraordinaria tolerancia con que buena parte de los italianos parece haber acogido el último escándalo del Emperador, en el que hay por medio menores de edad, fiestas repletas de ninfas en la villa de Il Cavaliere en Cerdeña, aviones de Estado utilizados para trasladar a los invitados a las jaranas... Si hay alguien que puede explicar lo que está sucediendo en Italia, ese es Giuseppe De Rita. Este viejo sociólogo de 76 años lleva 45 observando y diseccionando las conductas de sus compatriotas desde una atalaya privilegiada: el Censis, uno de los más reputados institutos de análisis social.


Pregunta.- ¿Cómo es posible que Silvio Berlusconi domine desde hace 15 años la política italiana?
Respuesta.- Porque es muy hábil. Bettino Craxi decía que para tener capacidad de decisión era necesario concentrar el poder, que para concentrar el poder había que verticalizarlo, que para verticalizar el poder había que personalizarlo, que para personalizar el poder había que tener poder mediático y que para tener poder mediático había que tener mucho dinero. Craxi falló en lo último porque no tenía dinero, mientras que él lo tiene.

P.- ¿Eso basta para explicar el fenómeno Berlusconi?
R.- Lo explica en parte. Pero, sobre todo, su gran mérito ha sido el de subirse a un nuevo y largo ciclo histórico-cultural: el de la libertad de ser uno mismo. Si observa, por ejemplo, sus discursos electorales del año pasado, verá que siempre insiste en que es él quien garantiza a los italianos la libertad de ser ellos mismos. Su mensaje es: "¿Quieren ser ricos?, ¿quieren ser internacionales?, ¿quieren ser de los que se van de putas? Pues yo les garantizo la libertad para serlo. Yo personifico eso, yo también soy alguien que quiere ser uno mismo, que no soporta al presidente de la República porque no me deja ser yo mismo, que no soporta al Parlamento porque no me deja ser yo mismo, que no soporta a la magistratura porque tampoco me deja ser yo mismo". Berlusconi personifica la idea de que el verdadero valor de una sociedad moderna es ser uno mismo.

P.- ¿Cuando dice 'ser uno mismo', quiere decir hacer lo que a uno le dé la real gana?
R.- Exactamente.

R.- En la mayoría de países europeos un escándalo como el de Noemi, la joven de 18 años con la que se relaciona a Berlusconi, habría provocado la dimisión del primer ministro. En Italia no sólo parece no importar sino que los sondeos indican que Berlusconi puede arrasar en las elecciones europeas y municipales de este fin de semana...
R.- Porque la mayoría de los italianos apoyan esta idea de ser uno mismo. Un evasor fiscal, un estudiante que hostiga a su profesora, un joven que se droga, un empresario que no paga los impuestos o los sueldos de sus empleados... Todos pueden encontrar justificación a lo que hacen si se dicen que haciéndolo están siendo ellos mismos. La desviación de Berlusconi es una desviación aceptada. El verdadero problema social italiano es su inmensa capacidad de aceptación.

P.- ¿Pero por qué el italiano medio no se escandaliza ante el caso Noemi? R.- El italiano medio considera, y lo digo en términos brutales, que la mayor parte de las chicas de 15 y 16 años son unas pequeñas putillas... Porque se hacen un book con la esperanza de convertirse en modelos, porque se exhiben en las discotecas, porque van por ahí demasiado arregladas y con poca ropa... La idea de que Berlusconi haya podido ir a una fiesta con una chica de 18 años no escandaliza a nadie.

P.- ¿Eso explicaría por qué los italianos tampoco se echan las manos a la cabeza ante los escándalos judiciales de Berlusconi?
R.- Sí. De cada 100 personas que entran por la mañana en un Palacio de Justicia, 80 salen enfadadas: porque consideran que el fallo ha sido injusto, porque la próxima vista se ha fijado para dentro de dos años, porque el proceso ha sido reenviado... Entre la gente existe la idea de que la Justicia no es limpia. Y Berlusconi es muy hábil manejando esa situación y presentándose como alguien perseguido por ella. Lo que ocurre es que el italiano medio se ha deslomado desde el punto de vista de la moral pública y privada, de manera que todo lo que hace está bien. Y si Berlusconi hace lo mismo que yo y viceversa, ¿por qué le voy a echar nada en cara?

P.- ¿Entonces el fenómeno Berlusconi es fruto de una decadencia generalizada?
R.- Dejemos de lado lo de decadencia. Berlusconi es fruto de un cambio antropológico. La idea de ser uno mismo empezó en Italia con el 68, cuando los jóvenes no querían ir a la universidad ni someterse a la disciplina de los estudios. Continuó en los años 70, cuando los chavales no querían hacer el servicio militar; prosiguió cuando en el 74 llegó el divorcio y muchos se preguntaron por qué tenía que seguir con su esposa en lugar de ser ellos mismos con otra mujer, después vino el aborto... Y así llegamos a una lógica de relativismo que afecta a toda la sociedad italiana, no sólo a Berlusconi. Por eso, hacer un llamamiento a los valores que afecte sólo a Berlusconi hace reír.

P.- ¿Y eso no es decadente?
R.- En mi trabajo no doy juicios morales. Yo sólo digo que la sociedad italiana ha cambiado y ahora es de un individualismo extremo. El italiano siempre fue individualista. Pero ahora lo es al límite.

P.- ¿Pero por qué en países como Gran Bretaña o España, muchos más laicos que la católica Italia, es inimaginable un jefe de gobierno como Berlusconi?
R.- Un país católico tiene el confesionario, tiene el perdón, la absolución...

P.- Es decir, que se puede pecar.
R.- Sí, se puede pecar, algo que en un país luterano sería imposible. El mundo protestante tiene una concepción de la moral distinta de la nuestra: un pecado, por ejemplo, de Gordon Brown, de su mujer o de su tía no se perdona. Un país protestante no perdona. En Italia, el pecado se perdona. Somos el país de los indultos, de las gracias, de las moratorias... En Italia el perdón es condescendencia, es indulgencia. España es distinta porque su catolicismo siempre fue más riguroso, tanto en la Inquisición como en el franquismo. El postfranquismo ha sido una liberación. Pero la cultura de España es rígida: si algo es pecado, es pecado.

P.- Si no es suficiente el que recientemente un Tribunal de Milán haya declarado probado que Berlusconi sobornó al abogado británico Mills para que prestara falso testimonio en dos juicios contra él, si no es bastante que haya 700 fotos de las fiestas en Cerdeña con chicas en topless y menores... ¿Qué haría falta para que Berlusconi cayese?
P.- Algo más grave. No es suficiente ni Noemi ni el caso del abogado Mills...

P.- ¿Qué podría ser más grave?
R.- No sé, que se demostrara por ejemplo que el padre de Noemi está relacionado con la camorra y que es por eso por lo que es amigo de Berlusconi. Pero el que hayan hecho fotos a siete chicas en bikini en Cerdeña no basta... Lo que yo creo es que Berlusconi está destinado a consumirse lentamente, no de manera drástica. No se olvide de que ha sido elegido por el pueblo. Y si volviera a haber elecciones, volvería a ser elegido.

(Fuente: El Mundo)