lunes, diciembre 12, 2011

POR QUÉ TE CALLAS AHORA?

Por Amadeo Martinez Inglés, coronel del ejército español

Recordando la famosísima frase que le dirigiera el monarca español al Presidente venezolano Hugo Chávez, "¿Por qué no te callas?", el coronel del ejército español, Martinez Inglés, se la devuelve ahora al monarca en relación con el affair de presunta estafa multimillonaria protagonizada por su yerno Iñaki Urdangarin.

     

[Img #2996]











  Amadeo Martinez Inglés, coronel del Ejército español


Sí, sí, regio suegro del atlético Urdanga; divino monarca enviado por el Espíritu Santo a este bendito país para velar por la democracia, la felicidad, la salud y el bienestar de sus sufridos ciudadanos; rey sin par que crees provenir del testículo derecho del emperador Carlomagno cuando en realidad lo haces de la pérfida bocamanga del genocida Franco.

  Sí, tú,  último representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real borbónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación, la pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones de españoles; presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo parezca) malversador de fondos públicos para pagar francachelas sexuales; corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la corrupción se mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal fortuna personal que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil autogolpista castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in extremis para salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida confeso (o presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta traición a la nación española al pactar en 1975 con el Departamento de Estado norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado español por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a Marruecos de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara Occidental (territorio bajo administración española, según la ONU) en evitación egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en peligro tu tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del espantoso genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el rey alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por España... tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado extranjeros.

 

         ¿Por qué callas ahora? ¿Por qué no hablas, y cuanto antes, a los españoles? Primero ¡faltaría más! de las andanzas presuntamente delictivas (los jueces hablarán próximamente) de tu deportivo yerno, ese caradura integral que se ha valido de su matrimonio (con el, seguramente, también delictivo consenso de su gentil esposa) y de la impunidad casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia real española, para apropiarse de millones de euros del erario público. Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país (central y autonómicas).


         Y en segundo lugar, supremo líder de la ya amortizada monarquía franquista del 18 de julio, y ya va siendo hora, háblanos de todas las irregularidades y presuntos delitos cometidos por tu regia persona, algunos de los cuales acabo de señalar y que este humilde mortal (o plebeyo, como quieras) ha denunciado repetidas veces en los últimos años ante las Cortes Españolas, única institución que puede entender de los mismos en base a la absoluta impunidad constitucional de la que gozas gracias a tu amado generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de la historia europea después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los que más tarde o más temprano tendrás que responder ante el pueblo español y que, no te quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y páginas en la triste historia de este país de la modélica transición y gaitas parecidas.

                  Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: "A todo cerdo le llega su San Martín" y "El tiempo coloca a cada uno en su lugar". Y a ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados, vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a la vez que el justiciero "devenir temporal de la historia" os arrincona sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras profundidades del infierno político y social.

 

          El largo tiempo del vino (Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de palacios y lujosas residencias veraniegas (más de siete lustros), gastándoos a espuertas el escaso dinero de los amados y tontorrones súbditos, toca a su fin. Y todos, absolutamente todos los componentes de esa tu despreciable familia real, tendréis que comparecer algún día ante la justicia; unos, como el atlético y descerebrado deportista de elite que creyó que le había tocado la bonoloto cuando la infantita de marras le eligió como dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy pronto, porque las pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y lenta, la bella diosa ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá esta vez mirar para otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto derroche, tanto latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional; otros, como las infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente de sus parejas, que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos millonarios de grandes empresas españolas y multinacionales y que, con tribunales o sin ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y tú, todavía rey franquista de todos los españoles, aún protegido como estás por la larga mano del dictador y por la nefasta herencia constitucional de unos cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres de la patria, qué risa) que parieron una Carta Magna a tu medida haciéndote divino e inviolable... no te confíes demasiado que el horno no está para bollos y muy pronto pintarán bastos en las calles y avenidas de muchas ciudades españolas.


         ¡Deja ya de hacerte el muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado (aviones militares y demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o torneos internacionales de tenis a la par que eludes con total desvergüenza las escasas y ridículas obligaciones de tu medieval cargo...y habla! Cuéntanos a los españoles si conocías o no las presuntamente delictivas andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y por qué te hiciste el sueco si, como es de cajón, las conocías. Y, también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu amañada fortunita, de como se desarrollaron (sin entrar en detalles morbosos, desde luego) tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los fondos reservados del Estado español, de como transcurrió el tortuoso día (23-F del 81) en el que salvaste a todos los españoles... y de todas las demás guarrerías personales y familiares cometidas en tu ya largo reinado.

Así los españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener que acudir a Internet y los jueces y los diputados electos del Partido Popular del hoy "muy asustado y mudo Rajoy" podrán ir tomando nota. Para cuando haga falta, naturalmente... 


Canarias semanal

viernes, noviembre 18, 2011

El Código Penal está para cumplirse.


Artículo 284: “Se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años” a quienes “intentaren alterar los precios” de “títulos, valores o instrumentos financieros” o “ dieren órdenes de operación susceptibles de proporcionar indicios engañosos sobre la oferta, la demanda o el precio”. Artículo 285: “Se aplicará la pena de prisión de cuatro a seis años” y una “multa del triple” de lo ganado cuando “los sujetos se dediquen de forma habitual a tales prácticas abusivas”, “el beneficio obtenido sea de notoria importancia” o “se cause grave daño a los intereses generales”.

La ley no es nueva: lleva en vigor varios años, aunque está casi sin estrenar. Aún está por llegar la primera condena relevante por especulación financiera o uso de información privilegiada en España. Sólo se ha usado para casos muy menores, como el de un parado de 26 años que se hizo pasar por un directivo de una empresa en un foro de bolsa para calentar una cotización. ¿Son todos los grandes inversores honestos e inocentes o es que nuestra policía es tonta?

Un suponer, algo utópico: ¿qué pasaría si la Fiscalía se tomases esta ley al pie de la letra y abriese una investigación sobre la escandalosa subida de la prima de riesgo española de estos días? Hay al menos tres indicios para sospechar de un delito “habitual” de “notoria importancia” contra “los intereses generales”.

El primero: que ya es casualidad que la prima de riesgo se dispare siempre en la víspera de cada subasta de deuda pública (cuando algunos venden a mansalva en el mercado secundario de deuda para hundir el precio y comprar mejor al día siguiente).

El segundo: cómo se comporta el mercado opaco de los CDS (seguros contra el impago), que permiten apostar a la baja contra bonos que no se poseen. ¿Es razonable este modelo, en el que se pueden comprar seguros contra deuda que no se posee? ¿No sería inquietante que alguien pudiese asegurar una casa ajena y ganase dinero si se quema?

El tercero: el papel de las agencias de calificación, que ya se burlan hasta de Francia.

¿Serían igual de agresivos algunos especuladores si el Código Penal se cumpliese a rajatabla?

Escolar.net

domingo, octubre 30, 2011

Sánese quien pueda y estudien los de siempre


Borja María Zallana de los Acebos

(Tintorro Party)


Conforme se acerca el día de las elecciones se van conociendo algunas de las medidas que nos vamos a ver en la necesidad de tomar, cuando descubramos, muy escandalizados, que la situación del país es aún peor de lo que nosotros, pesimistas por naturaleza, podíamos imaginar. Sé que es una representación liberal que ustedes ya conocen, que ya la han visto en Gran Bretaña, en Castilla la Mancha o en Cataluña, pero dado el éxito obtenido de crítica y público pensamos mantenerla en cartel.

Cierto es que quien será el próximo presidente del Gobierno aún no ha dicho esta boca es mía, pero también lo es que en este caso, como en tantos otros, sirve el dicho de que quien calla otorga. De momento, estamos dejando que sean otros, como el consejero de sanidad de la Generalitat de Cataluña, quienes vayan dejando caer ideas mientras nosotros observamos las reacciones de ustedes, nuestros potenciales votantes.

Debo decir que estamos gratamente sorprendidos por la comprensión que están mostrando, lo que nos da ánimos no ya sólo para imitar estas medidas, sino para atrevernos con otras aún más audaces. Que el principal responsable de la sanidad pública de una de las regiones más avanzadas de España, asegure que la salud de los ciudadanos es responsabilidad de cada uno de ellos y no del Estado, sin que se produzca el mínimo atisbo de rebelión popular, refuerza nuestra esperanza en que el pueblo español está más que preparado para una reforma total de lo que para ustedes es estado del bienestar, y para nosotros estado de vagos y maleantes.

En los últimos días, Mariano se ha venido entrevistando con diversas organizaciones de empresarios (lo que nosotros preferimos denominar como “emprendedores”) que no dejan de aportarnos revolucionarias ideas para acabar con la crisis de la economía española. Entre todas ellas destacan las que hacen referencia a la contratación laboral. Huelga decir que el principal problema del país es el paro, y que éste se debe a unas vetustas leyes que pretendiendo defender los derechos del trabajador, no consiguen más que cabrear a los empresarios que prefieren despedirlos antes que aceptar semejante chantaje social. Para que se enteren ustedes ya de una vez: si hay tanto paro en España es porque no se puede despedir a los trabajadores.

Además de facilitar el despido y de aplicar la teoría del consejero de sanidad, Boi Ruíz, de “sánese quien pueda”, estudiamos el “estudien los de siempre”, que vendría a cerrar el círculo de lo que es nuestra filosofía social. La sociedad que proponemos no está basada en entelequias indemostrables, tiene su raíz en la más ancestral historia del hombre. Si hubieran leído un poco, sabrían que el paro era completamente desconocido en el Egipto de los faraones; que la deuda del Estado en gasto sanitario en la Edad Media era un cero absoluto; o que en el siglo XVII las universidades españolas, a las que sólo acudían nuestros antepasados (me refiero a los nuestros que no de ustedes), eran la envidia de Europa. Volvamos a las raíces de nuestro origen humano, para que el árbol de nuestra vieja España vuelva a reverdecer.

martes, octubre 11, 2011

Carta abierta de Diego Cañamero a Durán I Lleida


Señor Antoni Duran i Lleida,

Es usted uno de esos políticos, profesionales que sin  “saber que es el PER”, ni por qué “existe”, ni cuáles son los problemas del medio rural andaluz, habla y opina solo para congratularse con la burguesía catalana y para arrancar unos cuantos de votos miserables aunque sea a costa del desprestigio de los jornaleros/as de Andalucía.

Usted sabe bien que el  PER y los subsidios son un insulto a los jornaleros/as,  siempre hemos defendido que el dinero público fuera a cambio de  trabajo, respeto  y  dignidad.  Pero es usted y los que piensan como usted los responsables de que los jornaleros/as tengamos este subsidio ( el paro alcanza el  40% en el medio rural andaluz). No sea demagogo ni corto de memoria,  ya que la burguesía catalana a la que representa  pactó con los terratenientes el que  Andalucía fuera una zona subdesarrollada, para proporcionarles materias primas (el 80% del algodón se cultiva en Andalucía y todas las empresas textiles están en Cataluña) y mano de obra barata, así  2.000.000 de andaluces tuvieron que emigrar a su tierra. ¿No tiene nada que decir de esa mano de obra? ¿También reciben el jornal en los bares de Cataluña?

En vez de criticar el PER que suponen 7 euros al día, y que solo  lo reciben 220.000 jornaleros/as de los  513.000 existentes,  ¿por qué no critica que un 20% de propietarios (terratenientes) se lleven  5.200  millones de euros cada año de de la política agraria comunitaria (la PAC,  el PER de los ricos) a cambio de nada, solo por tener tierras?  Y encima le dan medallas como a la Duquesa de Alba.

Si  tanto le molesta el PER  de los jornaleros/as  ¿Por qué no defiende la reforma agraria (un 2% de propietarios posee el 50% de toda la tierra de Andalucía) que supondría el fin de este subsidio?

Señor Duran i Lleida,

A usted le pasa como a ese ministro de agricultura y ganadería que le regalaron una oveja y se llevó el perro del pastor creyendo que era una de ellas.

DIEGO CAÑAMERO

Secretario General DEL SINDICATO DE OBREROS DEL CAMPO DE ANDALUCIA

(Fuente: ganas de escribir)

jueves, octubre 06, 2011

Nuestra Señora del pozo


Patrona de los depresivos

Oye... que está bien eso de tener a quien rezarle si estás deprimido, pero es que no podían tener más vista adjudicando empleos a las vírgenes según los nombres?


miércoles, septiembre 28, 2011

Todo a punto pa la boda de la duquesa



Ya esta TODO dispuesto

En la boda de la Duquesa de Alba, a Jesucristo lo sentarán en la mesa de "los jóvenes”.
- Confirmado, Sara Montiel será "la niña que lleve los anillos”.
- Se rumorea que utilizarán la mítica Excalibur para cortar la tarta. La Duquesa la consiguió durante su "Erasmus en Camelot”.
- El Rey ha declinado con gusto el derecho de "pernada”.
- En vez de la prueba del pañuelo le harán la del "carbono 14".


(del feisbuc)

Bipartidismo: manual de uso



Hay alternativas


Tomado de en ca la Barbi, que le ha pedido al economista Alberto garzón que escribiera un post pa su blog explicando estas historias de la economía actual. Buenísimo!

Hay alternativas económicas

          “There Is No Alternative” fue la proclama con la que la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, convenció a la opinión pública de que sus drásticas medidas de política económica eran inevitables. Corrían los años ochenta y Thatcher comenzó el desmantelamiento del llamado Estado del Bienestar, para lo cual se centró en dos tácticas: privatizó el 60% de las empresas públicas y atacó a los sindicatos con la intención de quebrar su poder de negociación. En 1989 caía el muro de Berlin, en 1991 se disolvía la Unión Soviética y en 1992 Fukuyama escribía su famoso libro titulado “El fin de la historia”. El capitalismo había triunfado y ahora gobernaba su visión más radical, en la que el Estado estaba destinado a perder la mayor parte de su espacio. Las ideologías desaparecían (ya no era lógico hablar de izquierda y derecha) y la lucha de clases dejaba de tener sentido (tampoco tocaría nunca hablar de arriba y abajo).

          Sin embargo, en 2007 una gran crisis amenazó con hacer colapsar el sistema al completo, al emerger en el corazón mismo del capitalismo, a la vez que dejó desconcertados a los economistas de las instituciones internacionales. Dudando qué hacer, los gobiernos de toda Europa reaccionaron de forma tímida e improvisada. Hasta que por fin decidieron llevar una estrategia: más de lo mismo, de aquello que habían estado aplicando los treinta años anteriores. Y con esas llegamos a la actualidad, en la que toda Europa ha visto cómo se imponía una ola de medidas que quedaban justificadas por la misma consigna que antaño fraguó Thatcher: “No Hay Alternativa”. Recortes en la sanidad y educación pública, privatizaciones, moderación salarial, ataques a sindicatos, etc. Todas ellas medidas drásticas pero todas ellas también necesarias.

¿O no? Dos observaciones preliminares.



          Lo primero que llama la atención es que tras una crisis que se gesta como consecuencia de la aplicación de unas determinadas recetas, lo que se está recomendando es exactamente la misma medicina. Ningún médico aceptaría esto, pero en cambio sí lo hacen los economistas convencionales.

        Lo segundo que observamos es que estas medidas ya se han aplicado antes en otros sitios. Concretamente en los años treinta en Estados Unidos, en los años ochenta en América Latina, y más recientemente en nuestra vecina Grecia. Ninguna de esas experiencias tuvo resultados exitosos, más al contrario. Sólo se superó la crisis cuando se tomaron las decisiones opuestas: en caso de EEUU se aprobó el llamado New Deal, y en el caso de los países de América Latina se mandó al Fondo Monetario Internacional, y sus recomendaciones, a su casa.



Pero entonces, ¿por qué aplicar medidas que se sabe que no funcionan?



          Quizás la respuesta la encontramos cuando formulamos la pregunta de una forma más compleja. Por ejemplo, ¿qué efectos tienen sobre los diferentes sectores de la ciudadanía estos recortes? Puede decirse, de hecho, que estas medidas sí están funcionando, para algunos, pero a la vez no están funcionando, para otros.

          Si usted es una de esas personas que, si tiene suerte de tener un trabajo, cobra en torno a los mil euros, tiene que vivir con otras personas para llegar a fin de mes y además aspira a que sus hijos tengan una educación primaria, secundaria y universitaria de calidad, entonces estos ajustes lo van a hacer polvo. La reforma laboral le garantizará tener un contrato basura casi eternamente; la reforma de las pensiones le obligará a jubilarse casi a la misma edad a la que está prevista su propia muerte; los recortes en educación proveerán una educación de pésima calidad a sus hijos, amén de que le obligará a endeudarse para pagar los estudios universitarios; y los recortes en sanidad, copago mediante, le harán rezar cada día por no enfermar de gravedad por el bien de sus finanzas personales.

          Si por el contrario usted es una de esas personas que cobra por encima de los cinco mil euros y que tiene acceso a otras fuentes de ingresos (como acciones y otros productos financieros), está de enhorabuena. No podemos decir que la situación previa fuese mala, porque a buen seguro que sus ahorros e ingresos no pagaban impuestos al estar registrados en paraísos fiscales, pero lo que viene será mucho mejor. El Estado lleva varios años salvando la crisis por usted, ya que sus inversiones financieras han sido rescatadas con dinero público y además no parece probable que le vayan a subir los impuestos de los ingresos que sí declare. Si además es usted empresario, o tiene acciones en grandes empresas, podrá aprovechar mucho mejor la “flexibilidad” de sus trabajadores y acrecentar así sus beneficios y dividendos. Pero aún estará más de suerte si resulta que piensa dedicar sus ahorros a invertir en el sector de la sanidad privada, la educación privada o algún sector privatizado. Son sectores con futuro, porque todos esos ciudadanos que no quieran perder calidad tendrán que pasar por caja, su caja.

          No nos equivoquemos. Siguen existiendo las clases sociales y así será por mucho más tiempo. El Estado sólo es el terreno de lucha en el que se cristalizan los diferentes resultados de las batallas, y de momento la mayoría de la ciudadanía, trabajadora y mileurista con suerte, va perdiendo esta guerra. Y cuando se pierde resulta que otros ganan, y esos mismos que ganan imponen sus leyes, su lenguaje y hasta su agenda política (de lo que hay que hablar y de lo que no) para su propio beneficio.

          Hay alternativas, por supuesto que sí. Miles de economistas críticos así lo creemos, pero la misma historia económica nos revela también el camino. No van a anunciar estas alternativas en los grandes medios de comunicación, que son empresas y por lo tanto forman parte de la batalla, pero están en los libros de economía y en los rigurosos artículos que pululan por internet.

          España tiene problemas inmensos en su economía, pero no son debido a un excesivo Estado intervencionista sino precisamente debido a que ningún Estado puede perdurar en el tiempo dejando de financiarse de los ricos vía impuestos. En este país durante los últimos veinte años los partidos que han gobernado han competido en rebajas fiscales, reduciendo los ingresos presentes y futuros del país. Además, se han tolerado los paraísos fiscales y hemos entrado en una Unión Europea que en vez de construirse como una unión de pueblos hermanos se ha constituido como una unión de pueblos competidores y, eso sí, de bancos hermanos. Ahora hay que recomponer todo esto, y tenemos muchas fórmulas a nuestra disposición. Por ejemplo, estos cinco puntos centrales.


     1.       Fortalecer una Europa Social con una Hacienda Pública única y un sistema fiscal altamente progresivo. Es decir, hay que incrementar los impuestos a los ricos y evitar que evadan impuestos vía paraísos fiscales u otras fórmulas fiscales. Como en todo sistema social los ricos deben financiar la mayor parte de los servicios que son públicos: sanidad, educación, etc. porque eso permite una mayor cohesión social y un mejor funcionamiento económico.
   
     2.       Hay que hacer eficiente ese gasto público. Hay que mejorar la calidad de la educación y sanidad pública, amén de hacer planes de estímulo para salir de la crisis. Cuando el Estado gasta dinero de forma eficaz, ese mismo dinero sirve para crecer económicamente y por lo tanto para que las pequeñas y medianas empresas vendan y puedan contratar trabajadores.

     3.       Hay que controlar la especulación financiera. Los agentes financieros (fondos de inversión, bancos, etc.) permiten hoy a los ricos hacer inmensas ganancias con inmensos costes para la economía, y precisamente porque se toleran todo tipo de especulación financiera. Las autoridades han permitido que los bancos puedan hacer todo tipo de operaciones para hacer dinero a través del propio dinero, poniendo en riesgo la economía global y llevando a una crisis enorme. Prohibir y regular es la solución, hasta meter en vereda a las finanzas.

     4.       Creación de banca pública. La banca no puede servir a los intereses de unos pocos especuladores, sino que debe servir para financiar una actividad productiva sana y ética, permitiendo que se genere empleo. Los beneficios de la banca deben destinarse a educación y sanidad, no a acrecentar los bolsillos de grandes empresas y grandes fortunas.
     5.       Hay que auditar la deuda, impidiendo que se sigan pagando intereses a los fondos de inversión y bancos que hacen negocio con los recortes sobre la ciudadanía. Gran parte de esa deuda es ilegítima porque se corresponde con procesos especulativos contra España, contra los que ninguna autoridad ha reaccionado. Se ha permitido una dramática transferencia de rentas desde lo público hacia lo privado.
Hay programas completos con alternativas económicas viables que permitirían salir de la crisis con más empleo y bienestar social. Pero esas fórmulas suponen irremediablemente reducir los privilegios y oportunidades de negocio de una minoría que es, claro está, la minoría que ostenta el poder y los medios con los que perpetuarse en ese poder. Hablamos, por si cabe alguna duda, de las grandes fortunas y de las grandes empresas en las que recalan la mayoría de políticos que han tomado decisiones políticas a favor de los llamados “mercados” a lo largo de sus trayectorias profesionales.


          Los ciudadanos tenemos que concienciarnos claramente de esto y reconocer que nos engañaron, como conjunto, cuando aceptamos que no había arriba ni abajo ni izquierdas ni derechas, y que todos éramos iguales. Pero sobre todo debemos darnos cuenta de que sí hay alternativas a los actuales procesos de regresión social, y que resignarse a aceptarlos no es una opción. Está en juego nuestro futuro y el de nuestros descendientes.



Alberto Garzón.

Si te cuesta arrancar...

 
Esto te dará un empujoncito  :-)
Son buenos que te cagas!!  Y mencanta el vídeo.



lunes, septiembre 19, 2011

Entrevista de trabajo en IKEA


La revolución neurocientífica

Francisco J. Rubia.
Francisco J. Rubia.

El pasado 10 de septiembre, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, dictó la siguiente conferencia, dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia. Según Rubia, los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina "la cuarta humillación humana", tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente. Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales para nuestra cosmovisión como la naturaleza de la realidad o del yo o la existencia del libre albedrío. Por Francisco J. Rubia.


La revolución neurocientífica modificará los conceptos del yo y de la realidad


(advierto que es bastante largo, pero también MUY interesante, vale la pena llegar hasta el final - si te interesa el tema, claro está)

miércoles, septiembre 14, 2011

Tordesillas (documentación documentá)

Tordesillas
Bien banderillas y pinchos morunos.jpg Escudotorde.jpg
(Bandera) (Escudo de armas)

Topónimo oficial Tordesillas
País España y olé
Código postal No les envíen cartas. Nadie sabe leer.
Superficie Plana, como el encefalograma de los habitantes.
Altitud Desgraciadamente, aún sobre el nivel del mar.
Distancia Nunca lo suficientemente lejos.
Fundación el primer Cromagnón lo fundó hace 2.000.000 de años
Población Endogámica y con mutaciones.
Gentilicio Muy gentiles no son que digamos.
Alcalde Vlad Tepes




Pueblo de
Castilla y León donde se concentran la mayor cantidad de toricidas en activo del mundo. Cada 11 de septiembre se reúnen con gran algarabía demostrando cuán machos y valientes son asaeteando a un toro con lanzas como si fuera un pincho moruno. La lídia está bien equilibrada pues pueden llegar a participar 20.000 humanoides contra un sólo animal. La festividad en cuestión se llama "El toro de la Vega" y está dedicada a la Virgen quién según las últimas informaciones ha emigrado a Nueva Zelanda: Nunca se está lo suficientemente lejos de estos garrulos sanguinarios la Virgen "dixit". La gracia de la fiesta está en hacer sufrir lo más posible al morlaco pues parece ser que esto acrecienta la virilidad del mozo y el que lo mata se lleva el premio, esto es: los testículos y el rabo con intención de ser injertado quirurjicamente en las ausentes partes del valiente y aguerrido tordellisano. Sin embargo, para demostrar su ecuanimidad, si el toro aguanta dos horas sin morir, se le perdona la vida. Curiosamente esto no ha ocurrido nunca.

Torotordesillas.jpg

Raíces históricas

La tradición se remonta a épocas cromañoides y se celebraba con bisontes, puesto que el toro de lidia no existía, y desde entonces no ha cambiado ni un ápice. Es más, los habitantes aún conservan rasgos primigenios de sus ancestros a excepción de los surcos que se forman en la frente y coronilla debido a una mutación genética que les permite la colocación de la boina a rosca. Sin embargo, debido al bajo coeficiente intelectual de la mayoría de los tordesillanos, proceden al enroscamiento con grandes dificultades y tras intensos y pormenorizados estudios de boinolología en la universidad de la localidad.

Antropología

Hasta ahora no se ha podido hacer un examen antropológico de los habitantes de la villa pues el último antropólogo en intentar hacer un estudio de campo, el insigne profesor Archibald K. Gordon Higgins catedrático de la universidad de Oxford y autor de la celebrada tesis Análisis de la profundidad mental del toricida ibérico, fue empalado en la plaza del pueblo para regocijo y alborozo de sus moradores. Actualmente, la citada universidad busca nuevos voluntarios para esta investigación.

Todesillinanomedio.jpg Tordesillano medio


( La Frikipedia )

Expaña: colonia de Eurolandia

¡A sus órdenes, canciller Merkel!

Expaña: colonia de Eurolandia


(pinchar en el título para leer el artículo)

El arte de manipular


Esos periodistas pillines

- Tenemos que ir cerrando. ¿Qué traes de la mani de Bilbao?

- Psss, poca cosa. Mucha gente mayor, familias… también había jóvenes, pero nada, hijo, que no ha habido ni una movida. No sé qué coño voy a contar, la verdad.

- ¡Uff! Pues ya sabes: como te limites a decir que todo se desarrolló sin incidentes, el jefe te capa. Y no te olvides de meter a la ETA de algún modo, que no podemos dejar que nuestros lectores se relajen con eso.

- Ya, pero no sé cómo hacerlo. Tengo varias fotos de la cabecera de la mani, con la pancarta ahí en primer plano, pero…

- A ver, enséñame alguna.

Mani_Bilbao

- ¿Ves? Aquí no hay chicha.

- Cierto. Ni siquiera el lema de la pancarta es amenazante. “INPOSAKETARIK EZ. NAZIOA GARA” (No a las imposiciones. Somos una nación). Que sólo les ha faltado pedirlo por favor, no me jodas. Y el aspecto de la peña es de lo más normal. Bueno, espera ¡lo tengo!

- ¿Lo tienes?

- ¡Sí, hombre! Mira, la palabra inposaketarik contiene eta. Recortas de alguna foto para que sólo salga esa parte de la pancarta y ya está. Nuestros lectores verán ETA y lo que expliques luego da igual, ¿no ves que los tenemos muy predispuestos?

- Ah, pues lo mismo llevas razón. Total, una imagen vale más que mil palabras.

- Venga, recorta por ahí y por ahí. Eso déjalo como está, que tampoco estorba mucho. Y al señor de verde déjalo también. A ver cómo te ha quedao.

Elmundo02

Noticia publicada en la edición impresa de El Mundo el 27 de agosto de 2011

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- Jo, pues muchas gracias. Ha quedado genial. Pero tenemos otro problemilla con este asunto. Hay que publicar alguna foto en la edición digital y hay que hacerlo ya.

- Pero si ya la tenemos recortada. Podemos subir la misma foto.

- Es que me da un poco de corte. ¿Y si nos pillan? Que la gente se pone a navegar y ve lo de varios periódicos digitales en el mismo momento y… ay, no sé…

- Bueno, bueno, déjame todas las fotos que tengamos.

- Mira, ésas son todas. También te paso las de agencias.

- ¡Joooooder! ¿Has visto ésta de EFE? ¡Es buenísima!

- ¿Cuál?

- ¡La de las dos tías portando la ikurriña! Mira, mira, ¿no ves lo que tapan con sus cabezas?

- ¡Jajajaja! ¡Qué casualidad!

- Venga, venga. Lo único que hay que hacer es centrar la parte donde se lee “ETA” y lo publicamos. Pues anda que no habrá gente que sólo vea eso, jojojo.

Elmundo03


martes, septiembre 13, 2011

Hoy he matado un perro


Hoy he matado a un perro con una barra de hierro afilada. Pues si. Hoy he buscado un perro, he cogido uno que he visto por mi calle, lo he tenido encerrado a oscuras en una habitación durante un tiempo, para cabrearlo.

Al rato, lo he sacado a un patio interior que tengo, para que no pudiese escapar y ha estado correteando por el patio un buen rato. Yo lo dejaba, para que se cansara y no diera mucho el coñazo. Como veia que tenía más reflejos, más habilidad...vamos que iba para largo le he empezado a clavar con unas maderas de punta ... a ver si las heridas conseguían pausarlo.

El caso es que si, se ha empezado a cansar, esta claro que esas heridas en el lomo y esa sangre cansan a cualquiera, así que antes de que muriera y cuando he visto que su agonia era la justa como para no enterarse de quien estaba cerca, he cogido un hierro

afilado y ZAS, he acabado con su vida atravesándolo.

Me siento muy orgulloso, me he divertido mucho...


Si cambias perro por toro, en vez de un jodido maltratador de animales sin sentimientos ni escrupulos, ¿que seria? ¿un maestro?, ¿me sacarias a hombros?










  Fuente: Asturcon

domingo, septiembre 11, 2011

Una forma de eternidad





En el fondo, todos tenemos necesidad de decir quiénes somos y qué es lo que estamos haciendo, la necesidad de dejar algo hecho, porque esta vida no es eterna y dejar cosas hechas puede ser una forma de eternidad.

jueves, septiembre 08, 2011

Generación sin futuro


Ignacio Ramonet

Primero fueron los árabes, luego los griegos, a continuación los españoles y los portugueses, seguidos por los chilenos y los israelíes; y el mes pasado, con ruido y furia, los británicos. Una epidemia de indignación está sublevando a los jóvenes del mundo. Semejante a la que, desde California hasta Tokio, pasando por París, Berlín, Madrid y Praga, recorrió el planeta en los años 1967-1968, y cambió los hábitos de las sociedades occidentales. En una era de prosperidad, la juventud pedía paso entonces para ocupar su espacio propio.

Hoy es diferente. El mundo ha ido a peor. Las esperanzas se han desvanecido. Por vez primera desde hace un siglo, en Europa, las nuevas generaciones tendrán un nivel de vida inferior al de sus padres. El proceso globalizador neoliberal brutaliza a los pueblos, humilla a los ciudadanos, despoja de futuro a los jóvenes. Y la crisis financiera, con sus “soluciones” de austeridad contra las clases medias y los humildes, empeora el malestar general. Los Estados democráticos están renegando de sus propios valores. En tales circunstancias, la sumisión y el acatamiento son absurdos. En cambio, las explosiones de indignación y de protesta resultan normales. Y se van a multiplicar. La violencia está subiendo... 

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Control de los tiempos


domingo, septiembre 04, 2011

Las cosas claras


Ya que en el PP$O€ obedecen rigurosamente los dictámenes de los mercados y de la Troika europea (UE, FMI, BCE), ya que llevan a cabo políticas que no incluyeron en sus programas electorales, ya que nos tratan como mercancía... por lo menos, que en los carteles de la campaña electoral, pongan la cara de algunos de los que mandan...


miércoles, agosto 31, 2011

«numero deus impare gaudet»: Dios ama los números impares.”


Traigo aquí, contada por él mismo, el origen del ratio déficit/PIB como criterio sagrado de la estabilidad presupuestaria.
Para los que puedan leerlo en francés, este es el enlace
a ------->  La Tribune


Para quien no, pego una traducción resumida tomada del blog  no sin mi bici




La sorprendente historia de Guy Abeille

“Soy un antiguo funcionario del Ministerio de Economía, destinado entre octubre de 1977 y junio de 1982 a la Dirección de Presupuesto. Me encargué de seguir y analizar mes a mes la ejecución de los presupuestos generales y de proporcionar a lo largo de todo el año la previsión de su saldo, y, en consecuencia, del déficit. Esta información la comunicaba redactando una nota mensual revisada y firmada por mis superiores que llegaba al ministro y, finalmente, al Eliseo.

Al final del ejercicio recibíamos la orden, en función de la proximidad de las elecciones y del clima electoral, de jugar sobre determinadas partidas poco claras de la contabilidad para arreglar el resultado que terminaría siendo publicado, traspasando de un ejercicio a otro determinadas facturas o gastos que se habían vuelto milagrosamente migratorios. Era yo y sólo yo quién entre diciembre y febrero estaba encargado, haciendo gala de inventiva y sagacidad, de establecer la lista cifrada y manuscrita (no se imprimiría nada) de lo que fuera posible hacer para el arreglo. Todo sin otro apoyo que la aprobación oral dada por mis superiores.


La llegada del déficit

En 1973 llegó la crisis del petróleo que cuadruplicó los precios y trastornó la economía mundial. A partir de 1975, con el plan de reactivación de Chirac (un modelo keynesiano de libro) las finanzas públicas se ponen al rojo, un déficit del que ya nunca se saldrá. A continuación, en 1979, llega la segunda crisis del petróleo. El presidente Giscard d’Estaing tiene una fijación: no dejar que el déficit supere la linea de los 30 mil millones de francos. Los dos presupuestos antes de la llegada de la izquierda aguantan en ese nivel (31 mil millones en los años 79 y 80), mediante el arte de los manejos contables que después de tres años de práctica en la Dirección del Presupuesto ya dominaba bastante.


Llega 1981

Con la llegada de Mitterrand, la cifra del déficit se actualiza a 55 mil millones de francos, cifra que el ministro del Presupuesto Laurent Fabius hace pública.

A finales de junio, urge preparar los presupuestos generales del año 1982, que serán los primero con la izquierda en el poder. Pero los nuevos ministros multiplican sus ruegos al Presidente para obtener más créditos para satisfacer sus necesidades. Entonces nos damos cuenta de que vamos a sobrepasar el límite de los 100 mil millones de francos, cifra que ni los más osados jamás se hubieran atrevido a murmurar.


Un encargo de última hora

En estas circunstancias recibimos una llamada del reciente número 2 de la Dirección del Presupuesto, para convocarnos a una reunión a mí y a Roland de Villepin, jefe del despacho. Eramos considerados entre la fauna local como esa especie, rara en la Dirección, de los economistas manipuladores de cifras (somo de alguna forma ingenieros de la economía). Nos hacen saber que el Presidente ha pedido personal y urgentemente disponer de una regla simple y práctica, pero con la marca del experto y por lo tanto sin apelación, que pueda blandir ante los más coriáceos visitantes «presupuestívoros».

Es necesario actuar rápido. Villepin (primo de Dominique de Villepin) y yo, no tenemos ni idea de qué hacer y a decir verdad ninguna teoría económica nos puede orientar. Pero la petición viene de lo más alto. Ponemos pues al animal presupuestario sobre la mesa de disección. Miramos del lado de los gastos, de su volumen, su estructura, con deuda y sin ella, reagrupando por aquí y por allá. Podemos establecer diversos índices, pero ninguno contundente como arma arrojadiza. Damos la vuelta a la bestia del lado de los ingresos: miramos por el lado de los impuestos, pero estos fluctúan con la coyuntura, varios tienen un desfase de un año… Todo es confuso y difícil de argumentar, y nos han pedido algo para la ostentación pública. El camino de los ingresos no tiene salida. Sólo nos queda una vía: el déficit.

El déficit le suena a todo el mundo: tener déficit es estar mal de dinero; o, si se prefiere, tirar de cheques que habrá que pagar mañana. Además el déficit ha adquirido después de Keynes su título de nobleza económica: es una de las variables más visibles de los modelos económicos. Por si sólo, tiene la envergadura y la claridad para salir del paso. ¡El déficit! Pero, ¿que hacemos con él? ¿A qué compromiso hay que someterle para extraer una norma?

La cosa está clara: el salvavidas todo-terreno de los macro-economistas con falta de referencias es el PIB: todo empieza y acaba en el PIB. Todo lo que es un poco grande parece dirigirse razonablemente a él. Así pues, será el ratio del déficit sobre el PIB. Simple; elemental incluso. Con el déficit sobre el PIB, parece que enseguida vemos algo claro.


Un criterio dudoso

Llegados a este punto se impone un poco de reflexión. Comiéncese por notar que el déficit es un saldo, no una magnitud económica de primer orden, sino el resultado de una operación entre dos magnitudes. Este simple hecho, trivial, comporta dos observaciones. La primera es que un mismo déficit puede obtenerse por la diferencia entre dos cantidades de magnitud muy desigual: 20 mil millones son tanto la diferencia entre 50 y 70 mil millones como entre 150 y 170 mil millones. Ahora bien, y esta es la segunda observación, no puede ser en absoluto indiferente a la economía el hecho de que la masa de gastos e ingresos públicos sea de una cierta amplitud (menos del 35% del PIB como en EEUU o Japón) o que lo sea de otra mucho más grande (más del 50% como en Francia o los países escandinavos); sin ni tan siquiera hablar del contenido de cada una de las masas: no es lo mismo un cierto volumen de ingresos con un IVA al 10% y un impuesto sobre la renta que llegue hasta el 80%, que con un IVA al 20% y un impuesto sobre la renta del 30% como máximo. O alinear un mismo volumen de gastos, pero con un 5% de subvenciones en inversión en un caso o del 20% en el otro. Por lo tanto, vemos que el valor del déficit por si mismo sólo tiene un sentido relativo.

La segunda observación afecta a la pertinencia del índice mismo: ¿dividimos coliflores entre zanahorias? Un déficit no es más que una deuda: es la cifra exacta de lo que hace falta pedir prestado a otros, y, por lo tanto, de lo que habrá que ahorrar durante los próximos años para devolver ese préstamo. Dicho de otro modo, mostrar un déficit en relación al PIB, es relacionar el flujo particionado, escalonado, de los vencimientos a pagar en los años venideros con la única riqueza producida en el año de origen. Hay un desfase temporal. De donde se deduce que el único criterio pertinente es el de la capacidad de reembolso en un horizonte dado (que es el del préstamo), la cual está en función, no tanto del déficit consentido en un año dado, como de la deuda global acumulada (ese año, pero también los precedentes y quizás los venideros) y de la previsión que se puede hacer de los recursos futuros, es decir, de la pareja crecimiento/rendimiento fiscal. El resto no es más que imagen.

Ultima observación, más general: un déficit no tiene el mismo sentido económico según sea algo puramente puntual en una serie de años de equilibrio, el cual será reabsorvido en unos años por la reactivación misma de la economía que ese choque habrá provocado (keynesianismo puro), o según sea un jalón más de un largo período de déficits instalados de forma crónica en la marcha de la economía.

Se comprende entonces que fijarse en el déficit de un año dado no tiene sentido. Y que llevarlo al PIB de ese mismo año menos aún. El ratio déficit sobre el PIB puede como mucho servir de indicador. Sopesa una magnitud y proporciona una idea, inmediata, intuitiva, de la deriva, pero nada más. En ningún caso puede servir de brújula de una política económica. No mide nada: no es un criterio. Sólo tiene el valor de un análisis razonado de la capacidad de reembolso, es decir, de un análisis de la solvencia.

Sin embargo, la cuestión política, no económica, permanece: ¿cómo trasmutar el plomo de un análisis razonado de la solvencia en el oro aparente de una regla sonora, impactante, que pueda ser una llave maestra? Es la cuestión que a última hora de la tarde, en junio del 81, se nos plantea.


Fabricar una norma

Presionados fabricamos la idea del déficit sobre el PIB, una redonda y bonita quimera. Ese será el ratio. Queda ponerle una tasa. Es cuestión de segundos. Miramos cual es la previsión del PIB más reciente proyectada por el INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos) para el 82. Por otro lado tenemos 100 mil millones de euros de déficit para nuestros presupuestos en preparación. Metemos calculadora: la relación entre los dos no está lejos de dar el 3%.

Efectivamente, el 3%. No tiene otro fundamento que el de las circunstancias, pero está bien. 1% sería poco, 2% inaceptablemente comprometido en estos momentos y con pinta de ser demasiado redondo, prefabricado. Mientras que el 3 es una cifra sólida. Y además, en camino de los 100 mil millones de francos de déficit, marca la última frontera que somos capaces de concebir.

Volvemos a la Dirección del Presupuesto con nuestro 3% del PIB, del cual estamos contentos sin llegar a estar orgullosos, y les decimos que en vista de la hora que es y palabra de economista, es lo más serio y fundado que tenemos en ese momento en la trastienda.


Como se dispara el 3%

Francia se hunde. Mitterrand rebaja el déficit real de 120 mil millones de francos hasta los 95 mil millones que son anunciados, menos que el umbral simbólico de los 100 (nuestro 3% del PIB). Es la primera vez en la historia que Laurent Fabius refiere el déficit al PIB, para volverlo más leve, ya que, al fin y al cabo, el 2,6% del PIB que cita a los periodistas no es más que un pellizquito de este.

En el eterno combate económico con Alemania, el Ministro de Economía, Jacques Delors, es el primero en hacer saber que el déficit no debe sobrepasar el 3% del PIB. Aquí nacen las nociones de «déficits aceptables» y de «cifras razonables». A partir de entonces, en las declaraciones de Fabius, Delors y del Primer Ministro Mauroy, el 3% del PIB es la luz que alumbra el camino. Se convierte en el martilleo de una «política controlada de las finanzas públicas». El proceso de aculturación está terminado: lo que es razonable, no es ver en el déficit un accidente, quizás necesario, pero que es necesario corregir; no, lo que se decreta como razonable es añadir cada año a la deuda solamente una centena de miles de millones de francos.


Extensión del alcance del ratio

Y un buen dia aparece el Tratado de Maastricht. Teniamos el 3% en la manga. ¡En Francia lo usamos, es una cifra de expertos! Así pues, pasa a Europa. Y de ahí se extiendería a todo el mundo. Sin ningún contenido, y fruto de las circustancias, de un cálculo por encargo a falta de algo mejor, un buen dia, ¡voilà el paradigma!

A veces, cuando oigo como un mantra repetir el 3% del PIB, me divierto con ese 3 que escogimos y me viene a la memoria el proverbio «numero deus impare gaudet»: Dios ama los números impares.”


Los Trileros Mayores del Reino y la clave de la reforma constitucional


31 Agosto 2011

Juan Torres López – Consejo Científico de ATTAC.

No hace ni siquiera un mes Mariano Rajoy decía a los cuatro vientos que cuando ganase las elecciones “volverá el déficit cero” (es decir, que en ningún caso la administración pública podría gastar más de lo que ingresara). Antes, le había propuesto a Rodríguez Zapatero reformar la Constitución para introducir la obligación de alcanzarlo y el Presidente del Gobierno se rió de la propuesta en el debate sobre el Estado de la Nación de 2010: “Una reforma que, como saben, es rápida, dado cómo es nuestro procedimiento de reforma constitucional, y que sería muy eficaz para combatir la coyuntura de la crisis. Ésa ha sido toda la reforma original que le hemos oído en los últimos meses y que no tiene ni fundamento, ni eficacia, ni capacidad”. El ahora candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba terció en el debate y también descalificó la propuesta de reforma constitucional diciendo: “Como todos sabemos, la Constitución es una ley que se cambia fácilmente y en un plis-plas nos arregla la crisis” y en marzo de 2011, durante una sesión de control al Gobierno, Rubalcaba recalcó de que “no vamos a imponer por ley del Estado un techo de gasto a las comunidades autónomas, no lo vamos a hacer porque creemos que va contra la Constitución”.

Ahora, de repente, estos tres grandes dirigentes han desarrollado un auténtico trile para hacer que la población mire a otro lado cuando se disponen a someter los intereses nacionales a los poderes financieros con una ilegítima y muy dañina reforma de la Constitución.

Quien decía que la reforma constitucional no tiene fundamento, ni eficacia ni capacidad, propone en el Parlamento llevarla a cabo urgentemente. El opositor que defendía el déficit cero acepta ahora una fórmula que en la práctica puede permite que los gobiernos de turno se salten la estabilidad presupuestaria cuando les venga en gana. El candidato que ironizaba sobre la propuesta de los conservadores afirmando defender posiciones más progresistas, tercia en el debate y entre los tres desvían la atención de los ciudadanos para aprobar una reforma mucho más lesiva para los intereses sociales que el simple control del déficit.

Veamos qué es lo que ha ocurrido.

El Pacto que no es lo que decían que iba a ser

El pasado 23 de agosto Zapatero anunció en el Congreso su propuesta de modificar la Constitución para controlar los déficit presupuestarios e inmediatamente Rajoy le mostró su apoyo. Enseguida hay protestas incluso en el propio grupo parlamentario socialista, cuyos miembros han sido ninguneados y en la sociedad y Rubalcaba se incorpora al debate proponiendo que el acuerdo contemple suficiente flexibilidad en la aplicación del principio de estabilidad (que en realidad es malo en sí mismo y no en función de que sea más o menos flexible).

En unas horas se presenta el acuerdo y aparece entonces la sorpresa que la inmensa mayoría de los ciudadanos son incapaces de descubrir porque sus representantes ocultan lo fundamental del pacto para seguir hablando de lo que en realidad ha terminado por resultar accesorio.

Lo que ha ocurrido es que el PSOE el PP han “descafeinado” la propuesta que ambos habían hecho con anterioridad.

Inicialmente hablaban de constitucionalizar el déficit cero en sentido estricto, en la misma línea del artículo de la constitución alemana que terminantemente pone un límite al déficit público. Pero en lugar de eso el acuerdo señala que una posterior ley orgánica establecerá un límite al “déficit estructural”, un concepto mucho más sutil que puede permitir que el gobierno de turno tenga mucha más facilidad para saltarse el principio de estabilidad que defienden.

El concepto de déficit estructural no es el resultado del simple saldo de las cuentas anuales del Estado sino el saldo que tendrían esas cuentas en unas condiciones ideales: cuando la economía estuviera en pleno empleo y, por tanto, cuando el PIB realmente registrado fuese igual al potencial (el que se alcanza cuando se utilizan todos los recursos de una economía). El acuerdo político que ampara la reforma lo define como “aquel que se deriva de no considerar los ingresos y gastos públicos relacionados con las expansiones y recesiones normales de los ciclos económicos, garantizando así la sostenibilidad a largo plazo de los servicios públicos fundamentales”.

En la práctica esto significa que a la hora de calcular el saldo presupuestario (estructural) al que se le pondrá techo en la próxima ley orgánica habrá que descontar los ingresos y los gastos que no sean “estructurales” (es decir, los que sean resultado de circunstancias más o menos “anormales” que alejan a la economía de esa situación ideal, por ejemplo de una recesión). Pero su cálculo es muy problemático ya que la forma en que se haga será siempre discutible, nunca objetiva y, además, muy fácilmente manipulable.

Por eso, como dice David Lizoain (El insoportable error del 0,4% ) limitar el déficit estructural del país al 0,4% (que es lo que se prevé que establezca la futura ley orgánica) es “una política radicalmente aberrante para una economía avanzada”. En primer lugar sostiene con razón, siguiendo el análisis de Nick Rowe ((What is a “structural” deficit?), que este concepto de déficit estructural no tiene mucho sentido económico ya que responde a criterios políticos más que económicos. Por ejemplo, si dos gobiernos hacen exactamente lo mismo generando un déficit de la misma cuantía pero uno había anticipado lo que pensaba hacer con los ingresos y gastos cuando llegara una recesión y el otro no hubiera adelantado nada sino que se hubiera limitado a hacer lo mismo una vez que se produjo la recesión, la consideración de su saldo debería ser distinta. En el segundo caso se consideraría que el déficit es estructural (porque sería teóricamente resultado de la recesión) y en el primero no.

Y además, Lizoain indica que la medida es completamente irreal: ni la zona euro ni la OCDE en su conjunto tuvieron un déficit estructural inferior al 0,4% ni un solo año en los últimos veinte.

Podemos concluir, por tanto, que lo que finalmente han pactado los dos partidos mayoritarios no ha sido el criterio de déficit cero como habían dicho sino algo muy irrealista y que seguramente solo se pueda cumplir manipulando los registros presupuestarios. Posiblemente, porque así pueden vender a la población, como está haciendo Rubalcaba, que así no hay peligro de que la estabilidad presupuestaria ponga en cuestión los programas sociales (que es lo que lleva consigo la política de estabilidad presupuestaria, sobre todo, en países con déficits sociales como España, tal y como he explicado en mis artículos Razones económicas para rechazar el acuerdo neoliberal entre el PSOE y el PP y Acuerdo PSOE-PP sobre la deuda: un pacto que perjudica a España). Pero eso no quita que, al mismo tiempo, al introducir en la Constitución el principio de la estabilidad, se esté imponiendo (y además sin debate social) la filosofía neoliberal que implica renunciar a la política fiscal discrecional, con los efectos negativos que ello conlleva y que he tratado de explicar en esos mismos textos.

El contenido verdaderamente nefasto del acuerdo

Pero lo que realmente han conseguido de esta manera los líderes de ambos partidos, es decir, haciendo creer que asumen rígidos criterios de austeridad cuando en realidad no los van a ser, ha sido comportarse como verdaderos trileros porque mientras llamaban la atención sobre el debate del techo presupuestario lo que estaban haciendo era incluir, sin apenas comentarlo públicamente, un nuevo precepto en la Constitución que da “prioridad absoluta” al pago de la deuda y los intereses frente a cualquier otro compromiso de pago del Estado.

Es decir, los parlamentarios del Partido Popular y del PSOE están dispuestos a aprobar sin recurrir al referéndum que permitiera que el pueblo se pronuncie al respecto que si en algún momento faltaran ingresos se dejarían de pagar los servicios más básicos del Estado para hacer frente antes que nada a los compromisos de la deuda.

Esta es, pues, la auténtica clave de la reforma. Una concesión vergonzosa a los poderes financieros que es muy grave por cuanto que supone una cesión de la soberana capacidad de decisión del pueblo español para determinar en un momento dado la prioridad que quisiera darle a sus compromisos de financiación.

En mi opinión, quienes promueven esta medida siguiendo el mandato de intereses extranjeros están traicionando a los intereses nacionales y al impedir que el pueblo español, que es el verdadero poder constituyente que podría cambiar con legitimidad la Constitución, se pronuncie sobre una cuestión tan fundamental están prostituyendo la Carta Magna y convirtiéndola en papel mojado para quienes de verdad asuman los principios del constitucionalismo democrático. Como acaba de señalar claramente Rubén Martínez Dalmau en su artículo ¿Quién puede reformar legítimamente una Constitución democrática?

“Cualquier modificación de la Constitución por parte de un órgano que no es el poder constituyente, aunque sea legal -también autoritarismos y fascismos se han fundamentado en la legalidad- no es otra cosa que la apropiación de la soberanía popular por un órgano ajeno al pueblo; es decir, el fin del constitucionalismo democrático (…)

Si la Constitución no es otra cosa que la voluntad del poder constituyente, la respuesta a esta pregunta, desde el constitucionalismo democrático, no puede ser otra: sólo el pueblo puede modificar legítimamente su Constitución. Lo contrario es negar la naturaleza de la legitimidad del sistema democrático en el que creemos vivir. Si la Constitución queda en manos de otras personas -gobiernos, mayorías en los parlamentos, reyes-podremos hablar de otra legitimidad del poder político, de democracias más o menos limitadas, de decisiones mayor o menormente acordadas. pero nunca de constitucionalismo democrático”.


La alternativa, Asamblea Constituyente

Frente al engaño con que se quiere llevar a cabo esta reforma ilegítima de la Constitución que además puede comportar en el futuro un grave daño para los intereses de la nación no cabe otra alternativa, como también indica Rubén Martínez, que activar un nuevo poder constituyente que elabore una nueva Constitución en una nueva Asamblea, un horizonte que me parece fundamental que asuman los movimientos que giran en torno al 15-M y, en general, todas las personas sin distinción de ideologías o posiciones políticas que deseen vivir en una verdadera democracia.

Acuerdo



lunes, julio 25, 2011

Noruega y Somalia, ¿dónde está la diferencia?

José A. García Saez – ATTAC País Valencià.

Europa está consternada por la muerte de más de 90 personas en Noruega. La horrenda matanza que allí se ha producido deberá servir para reconsiderar la tibieza con la que hasta ahora demasiados gobiernos europeos han tratado a los cada vez más incipientes grupos de ultra-derecha. Que los individuos que forman parte de estos grupos suelen ser un peligro para la sociedad es algo que ha quedado demostrado de manera trágica en la isla de Utoya. De la misma manera, estos sucesos también deberían enseñarnos que sería tan injusto asociar el fanatismo a la religión cristiana y a los noruegos de pura cepa como lo ha sido asociarlo durante tanto tiempo al islam y a los musulmanes.

Al margen de estas consideraciones, es completamente normal la consternación que siente estos días el pueblo noruego y normales son también las muestras de solidaridad enviadas por sus vecinos europeos. Lo que no es tan normal es el agravio comparativo que se produce si al lado de la catástrofe de Noruega colocamos la tragedia de la hambruna que actualmente está azotando a Somaila y al resto de países del Cuerno de África. Según los datos que proporciona la FAO, en Somalia no han muerto 93 personas. Han muerto muchas más. Diariamente pierden allí la vida cientos de personas porque no tienen qué comer. Y esto ocurre en un mundo que cuenta con recursos y alimentos para todos.

A la vista de ello se hace indispensable preguntarse por qué esa diferencia de tratamiento mediático y de impacto social respecto de una catástrofe y otra, ¿dónde está la diferencia? Tan sólo atendiendo al número de víctimas, la actual situación de hambruna debería ocupar más portadas de diarios y copar más titulares de informativos que la matanza de Oslo. ¿Por qué no lo hace? ¿Acaso es que unas víctimas son europeas y nos identificamos con ellas, mientras que las otras son africanas y quedan demasiado lejos? ¿O el problema es que vale más la vida de unas personas que la de otras? No. Sería demasiado triste. Sería un total fracaso de nuestros sistemas educativos que la gran mayoría de la sociedad crea, como lo hacía el asesino de la isla de Utoya, que la vida de todas las personas no tiene el mismo valor.

El problema, en mi opinión, apunta más bien a la tendencia a considerar el hambre como una catástrofe natural, como una situación que es desagradable y cruel, pero que no podemos evitar. Podremos, como mucho, paliar sus efectos enviando caritativamente algunos alimentos que aquí nos sobran; o, en el mejor de los casos, aportando los gobiernos eventualmente un puñado de millones de dólares que servirán para calmar momentáneamente la situación.

Es momento de acabar con esa creencia. Las situaciones de hambruna, en el mundo de hoy, no son la catástrofe natural, fruto de sequías u otras inclemencias meteorológicas, que nos quieren hacer creer. Las situaciones de hambruna son hoy, en buena medida, la consecuencia de un sistema económico determinado. Debemos empezar a pensar que cuando una persona muere de hambre muere, en realidad, asesinado; y, aunque la culpabilidad esa muerte no es tan fácil de determinar como cuando alguien ha disparado un fusil, pueden encontrarse también las correspondientes responsabilidades.

Unos 1.000 millones de personas se encuentran en una situación de desnutrición en un planeta que produce alimentos para 8.000 millones. Si somos unos 6.500 millones de personas, las cuentas no nos salen: hay alimentos de sobra y, en cambio, una de cada seis personas en el mundo no tiene qué comer. Parece que la mano invisible del mercado se queda corta para distribuir equitativamente los recursos. Buena parte de la población mundial no puede acceder a los alimentos a los que tiene derecho porque éstos han alcanzado en 2011 —siempre según datos de la FAO— el precio más elevado de los últimos 20 años.

Entre las causas de esa general tendencia al alza de los precios debe señalarse la especulación financiera como una de las principales. Organizaciones como el ODG han realizado exhaustivos informes que muestran hasta qué punto están relacionadas el hambre y la especulación. Agentes financieros como Glencore o Goldman Sachs han ganado en los últimos años miles de millones jugando con el precio de los alimentos a través de la bolsa de Chicago, y bancos como Barclays o Caixa Catalunya han ofrecido inversiones en el mercado de materias primas presentándolas como un “depósito 100 % natural” (sic). Estos son sólo algunos nombres para mostrar que hay culpables y que se pueden encontrar las responsabilidades, si no jurídicas, al menos sí morales.

El reto está en comprender la relación de causa-efecto. De igual forma que focalizamos nuestra atención sobre el granjero noruego que disparó sobre los jóvenes del campamento, debemos poner nuestra mirada sobre esos fondos de inversión bancos que se lucran a cualquier precio, incluyendo el de miles de vidas humanas. Es cuestión de afinar el criterio, de no atribuir ya a supuestas causas naturales lo que realmente es fruto de las acciones humanas. Si, por fin, llegamos a la conclusión de que es necesario poner fin al problema de las muertes —o asesinatos— por hambre, deberemos presionar a nuestros gobiernos para que aporten en esta ocasión los 120 millones de dólares que la FAO pide para solucionar la hambruna que azota al cuerno de África (calderilla, si se tiene en cuenta que únicamente el rescate de la CAM ha costado al menos 2.000 millones de euros a los contribuyentes españoles).

Pero fundamentalmente debemos unirnos en la exigencia de tres reivindicaciones imprescindibles:

1) la exigencia de unas reglas comerciales justas, que excluyan del libre mercado bienes de primera necesidad para las personas,

2) la regulación de los mercados financieros con el fin de evitar la especulación, y

3) la cancelación de la deuda externa de los países en desarrollo, que condiciona su producción agrícola destinándola a la exportación e impidiendo el ejercicio de su soberanía alimentaria. Mientras esto no ocurra y miles de personas sigan muriendo diariamente de hambre en el mundo, todas las consternaciones seguirán siendo un agravio comparativo y todos los titulares de prensa seguirán siendo sensacionalistas.

ATTAC