domingo, junio 12, 2011

Si yo fuera un indignado...


Tenemos mucha suerte, y en este caso y sin que sirva de precedente me refiero a toda la clase política en general, de que los indignados hayan escogido no atacar al sistema desde dentro, si no desde sus plazas. Creo sinceramente que no sólo no habría que desalojarlos de ellas, sino que deberíamos ayudarlos a que siguieran de asamblea en asamblea hasta que se hicieran mayores y pudiéramos asimilarlos por el sistema de pensiones

A Dios doy gracias de que no haya sido así, pero estos días me ha dado por pensar qué haría yo, si en vez de haber nacido en una familia de bien (ojo al “de” que es muy importante para nosotros), fuera hijo de una de esas familias que conforman la mayoría de la masa patria. De esas familias que se ven en la necesidad de trabajar para poder vivir, de las que apenas llegan a fin de mes, de las que van en metro, llevan a sus hijos a colegios públicos, es decir, qué haría yo si tuviera motivos para estar indignado. Y pensando, pensando (que eso de no tener que luchar para sobrevivir da mucho tiempo libre), se me ha ocurrido que si quisieran podrían hacer mucho más daño del que se atreven a imaginar.

Está claro que si crean un partido político al uso, entrarían en el juego del sistema y acabarían formando parte de él, pero imagínense que se les ocurriera fundar un partido cuyo lema fundacional fuera algo así como: “No vamos a gobernar nunca”. Es decir, un partido que se presentara a las elecciones, pero que no aceptara un cargo ni tan siquiera de concejal de urbanismo, por poner como ejemplo uno de mis sueños preferidos.

Se preguntarán ustedes, personas poco doctas, ¿y qué puede hacer un partido político que no aspira a gobernar? Pues mucho, créanme, mucho. Para comenzar ocuparían escaños y concejalías que nos restarían poder a los que aspiramos a él. Sería una especie de pica en Flandes, que podría informar desde las mismas tripas del sistema a sus seguidores de lo que allí se cuece. Un partido que al no tener poder ejecutivo, difícilmente podría ser corrompido por las tentaciones y, un partido, en fin, que podría conseguir objetivos muy concretos, si con sus votos pudiera jugar de árbitro entre los que estamos dispuestos a cualquier cosa por tener el bastón de mando.

Dirán ustedes, “ya, muy bonito, pero entonces ¿lo del sistema asambleario dónde se queda, si quienes votan al final serán también diputados y concejales?” Hombres de poca fe, pero si son la generación de Internet, del Twitter y del Facebook, si todo esto lo han iniciado en la dichosa red. Sería sencillísimo que los afiliados “al partido no partido”, pudieran decidir mediante el voto electrónico, lo que han de votar sus delegados. No digo yo en todos los casos, pero sí desde luego en los temas importantes. Sobre todo en los que deberían conformar su programa.

Y sí, la respuesta a su siguiente pregunta es: sí, deben tener un programa aunque no gobiernen. Un programa con unos objetivos muy concretos, empezando por el cambio de la ley electoral. Les aseguro yo, que nos conozco bien que, si necesitáramos sus votos, les apoyaríamos en alguno de estos aberrantes objetivos.

Escribo estas cosas y se me ponen los pelos como escarpias. Quiera Dios que sigan acampados y no se les ocurra salir nunca de las plazas de la utopía.

Tintorro Party

http://twitter.com/#!/BorjaMariaZ


6 comentarios:

Julia 600 dijo...

Creo que algo así ya existe:
http://www.ciudadanosenblanco.com/

incluso me parece que hay varios grupos similares, que ahora no recuerdo, pero que se presentan a las elecciones igual que los demás.

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Yo me hago unos líos que no me tengo. Pero es que soy así de desgraciao. Si fuera un lumbreras, eso lo tendría clarísimo desde el principio, pero soy un burro común y corriente, de modo que me lío.

Parece que todo el mundo acepta el sistema. ¿Qué sistema? Pues el que venció al final de todas las contiendas del siglo XX: el sistema capitalista.

En el siglo XX llegaron a coexistir hasta cuatro-tres sistemas socioeconómmicos diferentes: el capitalista liberal, el nazi y el comunista. El cuarto podría haber sido el japonés (el Imperio) pero tenía tantos puntos en común con el nazi que se fundieron en uno.

Estos sistemas socioeconómicos entraron en una guerra hegemónica. De esa contienda se eliminó el sistema nazi y quedaron dos, el capitalista liberal y el comunismo, que se enfrentaron de nuevo en la tercera gran guerra mundial del siglo XX, que fue la guerra fría. Vencieron los liberales e impusieron un sistema global y universal. nadie se puede salir de ese sistema, porque posee la tecnología, el dinero y el armamento, además de una moral determinada.

Lo que se pide ahora (15M) no está muy claro qué es, porque parece que la gente anda confusa. Hay quienes no quieren que les quiten las pensiones, quienes piden puestos de trabajo, quienes protestan por el escándalo de los corruptos, quienes quieren cambiar por completo el sistema, etc. Creo que hay una diversidad de peticiones y hartazgos.

Pero no estoy seguro de que si lo que representan los indignados es promover cambios dentro del mismo sistema para que sea más justo, es decir, se acepta la imposición del poder de los vencedores, o si lo que pretenden es un cambio radical de sistema dentro del sistema. O, más bien, un cambio dentro del sistema pero fuera del sistema. Idea un tanto compleja pero factible y real de hecho, o sea, que es lo que ocurre.

La banca ética, la formación de un partido-nopartido (Ciudadanos en Blanco), el control parlamentario directo mediante cibervoto, etc., son alternativas desde dentro del sistema pero hacia fuera del sistema, o directamente dentro-fuera del sistema. Son alternativas que sin cambiar el sistema, lo cambian hasta dejarlo irreconocible.

Son la utopía del siglo XXI

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Bueno, que me olvidaba que en ese desvarío de arriba, me faltaba añadir que entre el neoliberalismo y el comunismo, de la Segunda Guerra mundial salieron tres sistemas otra vez: el capital-neo-liberalismo angloamericano, el comunismo de l URS y la socialdemocracia europea excepto el Reino Unido.
La socialdemocracia europea fue un híbrido más afín al neoliberalismo que al comunismo, pero se trataba de contentar a las bases comunistas de los estados europeos y, a la vez, contemporizar con el neoliberalismo angloamericano.
La socialdemocracia ha perdido sin plantear batalla alguna. Literalmente ha sido liquidada de la faz del planeta. ¿Y qyñe quiere decir que la socialdemocracia europea ha sido liquidada de la faz del planeta? Pues que se acabaron los beneficios del estado del bienestar, que representaba a la ideología surgida, creo recordar, de la segunda o tercera Internacional del PKUS.
No queda socialdemocracia. El pacto del euro será la puntilla definitiva. Veremos si las broncas en las plazas y calles modifican algo, pero lo que modifiquen ha de ser a escala europea y, de momento, el movimiento de las plazas aparece como la protesta de los ciudadanos de los PIGS europeos, en especial los islandeses, los griegos y los españoles. Pero para eso somos los PIGS, los cerdos.
No creo que esto tenga otra salida que lo que está ocurriendo en la amazonía, como ejemplo práctico de lo que impone el neoliberalismo a escala planetaria y local (ver noticia en El País

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

¡Joer! Pues sí que me le despertado loco perdío yo esta mañana.

Y es que la editorial de El País de hoy está dedicada, precisamente, a la socialdemocracia europea. Lo acabo de leer ahora. Yo no comparto ese análisis, porque la socialdemocracia está borrada trads el pacto del euro. El programa de beneficios sociales por parte de los estados desaparece en favor del ¡Sálvese el que pueda! del neoliberalismo.

Cuando uno que había sido jefe mío, y que tenía cargos públicos y poderío en eso de las sanidades públicas y de las organizaciones médicas, me soltó un discursito a favor de disolver las sanidades públicas, pocos días antes de palmarla por un infarto brutal, me dijo que no entendía por qué había que pagar al estado unos impuestos por la atención sanitaria socializada, cuando lo lógico sería que se le diera la opción al ciudadano de dar su dinero a una mutua privada.

El argumento era muy bueno, si señor. Difícilmente atacable. ¿Por qué me tiene que imponer a mí el estado a quién tengo que pagar mi seguro de enfermedad? Yo soy dueño de mi dinero y he de poder hacer con el lo que quiera.

Eso está muy bien. Es la tesis central del neoliberalismo que han impuesto. En especial en Cataluña, aprovechando un discurso nacionalista de pacotilla. ¡Se la han colado a los catalanitos nacionalistas, estos de CiU! Ocurre que el Estado puede y debe poder distribuir la riqueza entre los ciudadanos, de modo que los desafortunados puedan acceder a la atención médica y a la educaión que, de otro modo, sólo podrían acceder los muy ricos.

Los muy ricos dicen que por qué ellos han de pagar a los muy pobres. ¡Haberse espabilao! Y ya estamos. Ya la tenemos liada.

antonio blanch dijo...

Aqui en Catalunya ya existe un partido llamado, del Voto en Blanco, se comprometen a no tomar posesion de su escaño, dejar la silla vacia, en estas elecciones sacaron dos consejales y se vio por tv que en sus sillas habia un cartel que decia...silla vacia por el voto en blanco, la lastima es que solo sacaran dos escaños.
Pd. ni cobran sus sueldos ni demas prebendas.

nino herrera dijo...

joer Juan Manuel, pa declararte de entrada un burro que no sabe nada, te has explicado como un libro abierto.
Por mi parte suscribo todo lo que dices, pero mi impresión es que con la caída del muro de berlín , el neoliberalismo-paracapitalismo abrió las puertas de la batalla final para cargarse los dispendios del estado social en beneficio de los de siempre.