Estos días la izquierda abertzale anda pidiendo muestras de solidaridad a hosteleros, comerciantes y a cuantos se cruza por el Casco Viejo de Bilbao. Resulta que en las fiestas patronales de agosto no se podrán exhibir fotos de etarras, y los abertzales buscan la complicidad de terceros para desfacer semejante agravio por parte del opresor gobierno de Patxi López.
Diré, para quien no esté al tanto de la política vasca, que las fotos de etarras son la pornografía abertzale, el material masturbatorio de los que odian España, el santoral de quienes opinan que mutilar concejales y periodistas fortalece la democracia. El icono de la libertad de los imbéciles.
Todos los colectivos están formados por imbéciles en un porcentaje más o menos elevado. Cuanto más dogmáticos son los principios del colectivo (es decir, cuanto menos crítica sea capaz de asumir el colectivo) mayor será el porcentaje de imbéciles adoctrinados (ya que aquellas personas con capacidad crítica y valor para exponerla acaban siendo expulsadas). De ahí que los partidos políticos y las religiones congreguen a una inmensa mayoría de imbéciles y a una minoría de personas inteligentes.
Ésta es la razón que explica que la izquierda abertzale radical esté formada, casi en su totalidad, por imbéciles violentos incapaces de generar un pensamiento lateral, incapaces de empatizar, de asumir ideas nuevas y absolutamente faltos de talento creativo (su inexistencia política de los últimos años es una prueba evidente de su nula inteligencia estratégica).
Este grupo se ha apropiado del epíteto abertzale, que significa "patriota", palabro reservado a los grupos de extrema derecha y a quienes han decidido acotar sus esfuerzos solidarios a su propia patria, sea ésta Israel, Estados Unidos, España o Euskal Herria.
Yo tuve la suerte de estudiar en un colegio católico vasco donde no había chicas pero sí pecados y en una universidad vergonzosamente politizada en la que algunos de mis profesores daban clase con escoltas y otros les insultaban por españoles. Esto, por más que parezca una situación terrible, es fantástico para inmunizarte de por vida contra los imbéciles y los dogmáticos, tanto políticos como religiosos.
Euskadi ha vivido durante generaciones bajo las condenas del nacionalismo y la religión, lauburus y crucifijos, patria y muerte, asesinos, víctimas y una gran mayoría silenciosa. Negrura y aburrimiento. Ahora la administración de Patxi López sustituye ikurriñas por rojigualdas, cambiando los colores de un mismo nacionalismo. Y los vascos, en pueblos y ciudades, siguen acogiéndose a su Dios y Vírgenes protectoras. Cuentos infantiles -patria y Dios- inventados por nuestros antepasados para que los más débiles encuentren sentido a sus vidas.
Cuentos infantiles que han forjado la Euskadi de hoy: un país de masturbación y violencia. Un país de empresarios ricos que no figuran por miedo a la extorsión, de imparable fuga de cerebros, de crecimiento poblacional negativo, y de treinta años de vecinos muertos para que, al final, la globalización plante un Burger King encima del árbol de Gernika a golpe de talonario.
Y en mitad de ese paisaje desolado por la tradición, los mitos y la homogeneización mental del siglo veintiuno, los abertzales piden solidaridad para no sé qué asunto de no sé qué fotos de unos asesinos. Yo, me temo, reservaré mi solidaridad para una causa más sexy. Que pongan esas fotos en sus casa, sobre el cabecero de la cama, en el mismo hueco donde sus abuelas clavaron a Jesucristo. Y que se masturben bien.
(mi mesa cojea. Jose A. Pérez)
(mi mesa cojea. Jose A. Pérez)
9 comentarios:
Lo leí esta mañana y justo después leí el post de enanomuf sobre el patriotismo.
No tenía intención de ponerlo aquí pero mira... al final va a ser que sí.
Vivir en un país de iluminados da muchas luces. ¡No sabes tú cuántas!
Sí, seguro, lo que pasa es que el mango la sartén lo tienen los imbéciles (de patria y religión). Así que pa qué sirven las luces?
( Jo! Encima los franceses festejando con pirotécnia estruendosa lo de aquella revolución suya... se habrán dao cuenta de quien tienen en su moncloa? Pobreticos)
Padezco de algunos males del cuerpo y del alma. UNo de ellos debe tener que ver con alguna paranoia patria, o cosa parecida.
O sea, que tengo un tic ingobernable que me hace saltar cada vez que alguien trata de imponer, mandar, obligar, negar, a otros. Me da un crijío en las tripas y en los huesos del cráneo. me enfurezco y salto como un resorte.
Son mis alarmas.
Pero cuando me pongo a pensar en si no nos estarán lavando el cerebro con lo suyo, tratando de imponer las cosas como viniendo "de suyo", como siendo la cosa natural y demás, entonces me emparanoio irremediablemente, porque me resulta poco menos que imposible ponerme, en ocasiones, a la contra y darme cuenta de que si lo que dicen será verdad o me quieren comer el coco.
Es muy difícil tener eso que se llama una opinión propia, porque la mayoría de opiniones propias son ajenas. Vivimos de las opiniones ajenas, de modo que reclamarme una opinión propia, me da cierto miedo.
Yo, a lo más que llego es a poder plantearme una alternativa, un contrapunto, al discurso dominante. Y eso contando que posea una información buena y una cantidad de datos suficientes como para poder decir, porque en la mayoría de ocasiones, mis datos están tan sesgados que mejor ni los tengo en cuenta (vienen de los diarios, que están manipulados hasta en la tinta)
La conclusión a la que he llegado después de volverme calvo es que no me va a gustar ningún discurso que prometa nada, y que lo único que me piden los chorizos para seguir choriceando es mi voto una vez cada cuatro años, y que con mi voto tienen la patente para seguir choriceando, mandando, imponiendo y diciéndome lo que tengo que hacer.
Vamos, que eso, que lo tengo claro: ¡A tomar por culo y voto en blanco!
Te contesto mañana con más calma, que tengo los ojos medio cerrados y luego me da por poner chorradas...
Creo yo que cualquier movimiento ideológico precisa de símbolos externos, fácilmente comprensibles por sus bases, no ya para que esas bases tengan una actuación coherente y una capacidad de identificación con el contenido del sistema, sino para que tengan una zanahoria que seguir mientras tiran del arado.
Tal y como está la cosa, imagino que a esos radicales les preocupa que les olviden, que al no saturar con su mensaje a quienes podrían ser convencidos, éstos elijan finalmente el camino que no conviene al radicalismo.
Y es lo más fácil, porque la gente normal de Euskadi ni quiere matar a nadie ni sueña con quemar contenedores, son víctimas de los salvapatrias de bomba lapa como cualquiera.
Estas tontunas "abertzales" no dejan de ser cantos de cisne, estertores de agonía. Por desgracía, una agonía muy larga y que será dura para todos.
me duele, me parte el alma que no seamos capaces de dirimir las diferencias de una forma no ya civilizada, sino humana, en occidente;
la piel se me pone de ''gallina'' cuando veo esa forma de ''arreglar'' el mundo ...;
será que soy cobarde, pero me iría a otro lugar, pero me planteo una cuestión: a dónde .... ¿¿¿¿
euskadi, balcanes, afganistán, medio oriente, áfrica ... en el siglo xxi ... dirimen sus diferencias a bombazos;
no tengo soluciones.
Una verdrad como puños...... no todos los vascos son asesinos.
Todo esto me asquea, ( Gora Euskadi ) sí que viva, pero como cualquier ciudadano de a pie, sea de donde sea......
Muchos de esos " abertzales " no tienen ni puñetera idea de lo que quieren, se meten en esas Erriko tabernas a tomar sus zuritos y cuando llevan unos 15 o más, hablan de salvar Euskadi.....de quién? me pregunto yo......
Un muxu o un beso para todos.
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Esta clase de "reivindicaciones" me ponen de muy mal humor. Más que nada, porque viniendo de donde vengo, es relativamente normal que la gente que me rodea haya tenido un contacto más o menos directo con algún atentado de ETA. Mi hermana se libró de uno en Moratalaz por los pelos, cuando iba a trabajar; un amigo común no se comió el de Vallecas porque su metro llegó tarde a la estación. Mi ex estuvo a punto de morir en un atentado mientras hacía la mili. Y yo tuve amenazas de bomba en mi trabajo durante todo el mes de julio de cuando el atentado de Barajas. Sin contar las veces que he tenido que desalojar algún que otro centro comercial por amenaza de bomba.
Ninguno de nosotros está o ha estado metido en políticas ni en cosas raras (mi ex, el pobre, hacía el servicio militar igual que otros tantos chavalines: por cojones y si no, a la cárcel por insumiso). Yo, comprender, comprendo muchas cosas y me gusta ponerme en el lugar de los demás. Pero lo siento mucho; no soy capaz de empatizar con ninguna clase de terrorista, sea del signo que sea.
ETA no terminó antes por la connivencia de unas cuantas instituciones vascas que les venía muy bien tenerla por ahí, haciendo contrapeso. Ahora que no reciben dinerito de Papá Estado Maketo, pues nada, a recolectar fondos de otros tantos patriotas... unos convencidos y otros "forzosos". Espero que se desintegren de una vez y que sus siglas sólo sean un mal recuerdo.
Y que no vengan otros a sustituírlos.
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