martes, enero 17, 2012

Lo que significó el discurso del Rey

Lo que significó el discurso del Rey o la crisis de la legitimidad de la democracia española

El aplauso de más de dos minutos de duración, de la mayoría de los parlamentarios de las Cortes españolas, a la figura del Rey en su entrada a tal cámara legislativa fue una muestra de agradecimiento al Monarca por haber intentado salvar la dignidad institucional de la Corona y de las Cortes –en teoría, los representantes de la ciudadanía española- al señalar en su discurso de Navidad, que nadie puede estar por encima de la ley. Su frase de que “todos son iguales ante la ley” intentaba dar el mensaje de que todos aquellos que abusan de su autoridad institucional en cualquier rama del Estado para enriquecimiento propio deben ser juzgados, incluyendo su yerno.

Creo, por cierto, que los medios quisieron ver en el discurso del Rey una condena en la figura de su yerno más fuerte de lo que el Monarca intentó. Pero tanto los medios de información como la mayoría de los parlamentarios deseaban tan fervientemente que el Rey hiciera tal referencia al yerno, que oyeron lo que deseaban oír, aunque el Rey no hiciera ninguna referencia a su familiar, por mucho que los medios así lo desearan e interpretaran. De ahí la queja del Rey a los propios medios.

Pero tal aplauso puede significarle a las Cortes españolas también un elevado coste, contribuyendo a su desprestigio. Es más que probable que el famoso y esperado juicio al yerno –si es que se produce- quede en agua de borrajas. La Justicia en España es bien conocida internacionalmente por su lentitud además de por su conservadurismo y excesiva docilidad hacia los grupos poderosos. Véase, entre muchos otros ejemplos, el bochornoso caso Palau de Catalunya, todavía no resuelto, o el caso Garzón, el único Juez que se atrevió a cuestionar los crímenes del franquismo, que ha terminado siendo juzgado por el mismo Tribunal Supremo.

Estos y muchos otros actos están desacreditando nacional e internacionalmente a la Justicia española. En el programa de humor de mayor audiencia en EEUU se comentaba que de la misma manera que Bolivia -que no tiene mar- tiene un Ministerio de Marina, España tiene un Ministerio de Justicia. Las fuerzas profundamente conservadoras que todavía controlan grandes aparatos del Estado están dando una imagen muy penosa de lo que es la Justicia en España. De ahí que la esperanza de que se haga justicia sea tan baja, y que la judicatura sea uno de los sectores del Estado más impopulares.

El descrédito de la democracia
El gran descrédito de las instituciones políticas y judiciales no se debe primordialmente a la corrupción en tales instituciones, por muy serio que sea este fenómeno. El eslogan de los Indignados de que “no hay pan para tanto chorizo” define bien el problema. Pero el eslogan más dañino para la clase política es el de “no nos representan”. Y la mayoría de los representantes se están ganando a pulso tal definición.

El comportamiento escasamente democrático de las opciones políticas gobernantes alcanza unos niveles que requieren una condena y denuncia que no se ha dado en el establishment español. Baste comparar la respuesta del establishment británico a lo que ha ocurrido en Gran Bretaña con los recortes del gobierno Cameron, con el silencio ensordecedor del establishment español frente a los recortes del gobierno Mas en Catalunya y del gobierno Rajoy en España. En todos estos casos, los partidos gobernantes en sus campañas electorales habían prometido que no realizarían los recortes que ahora están haciendo. Prometieron repetidamente no hacerlos, lo cual no fue obstáculo para que, una vez elegidos, los hicieran con toda rapidez

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En Gran Bretaña hubo un gran revuelo dentro del establishment británico. Nada menos que el Arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, Rowan Williams, denunció al gobierno Cameron por no respetar el mandato popular y cínicamente ocultar sus intenciones reales. Definió tales medidas como legales, pero no legítimas. En Catalunya y en España, los recortes han sido sustanciales, actuando con el mismo cinismo. Un conocido dirigente de la coalición gobernante de Catalunya incluso aclaró que “si hubieran anunciado los recortes, la gente no nos habría votado”. El grado de cinismo y falta de sensibilidad democrática es enorme y explica el enorme descrédito de la clase política que, repito, no se debe primordialmente a la corrupción, sino a su falta de compromiso democrático. De ahí que la crítica “no nos representan” no proceda de un movimiento antidemocrático, sino al revés, procede de un movimiento (los indignados) auténticamente democrático, que exige que exista democracia en España.

El establishment, mientras tanto, ha mantenido un silencio ensordecedor. Es inimaginable que el Arzobispo y Cardenal Rouco Varela criticara al gobierno Rajoy, o el Abad de Montserrat o el Cardenal de Barcelona denunciaran al gobierno Mas por no cumplir sus promesas. Lo único que han hecho es enfatizar la necesidad de que se elimine el aborto. Este comportamiento dice mucho del sentido de la moralidad que entiende y tiene una institución que se define como la portadora de la moralidad pública.

Una situación un tanto semejante ocurre con los medios de mayor difusión que, salvo contadísimas excepciones, no han denunciado la falta de compromiso democrático de los partidos que realizan políticas que no estaban en sus programas y que violan las promesas hechas, práctica que se ha dado comúnmente durante todos estos años. Esto está llevando a una crisis de legitimidad enorme que el aplauso al discurso del Rey por parte de las Cortes españolas ni capta, ni entiende. Como bien dijo un Indignado de Terrassa en un acto reciente, “Se están cargando la democracia española y ni siquiera se enteran”.

Vicenç Navarro

11 comentarios:

pei ... dijo...

Antes, quienes aplaudian (los que aplaudian) a Franco, lo hacían por miedo (mayormente). Ahora quienes aplauden al Juancar un palito i gritan vivas por la la honestidad, valia y valentía de nuestro querídisimo monarca, lo hacen por...

Por qué lo hacen?

Angie E.G. dijo...

Por sinvergüenzas y cortesanos de mierda. Ta claro.

enanomuf enanomuf dijo...

Triste, pero cierto. La justicia en Españas es un chiste; a una señora -noticia verídica, no es una de mis coñas- la han citado con día, fecha y hora para dentro de cinco años. Y el juicio que tiene pendiente la buena mujer es para ver si le dan por aprobada una oposición...

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Jamás de los jamases, han tenido la menor intención de representar a nadie. ¡Ni se les ha pasado por la cabeza! Han tenido que aplicar mentiras para salir elegidos, porque esa es la condición de subir al poder a mangonear según sus intereses, pero eso nunca jamás de los jamases ha significado que representen a nadie.

No representan ni han representado nunca jamás a nadie. Antes bien, las clases dominantes y favorecidas se han encontrado cómodas en el discurso de estos, aunque poniéndoles condiciones, como que les dejan jugar con el independentismo y la identidad nacional catalana a cambio de que solo jueguen, pero que no se la tomen en serio. Para distraer al personal y tener algo con lo que sacar los peores sentimientos racistas de la gente, vale, pero cuando las cosas quieren ser más serias, les llaman al orden y le amenazan al Durán con quitarle la suite que tiene en el hotel viviendo a cuerpo de Durán.

Nunca jamás han reoresentado a nadie. Han hecho paripé, parodia y teatro, El Jorge Pujol el primero, como ahora el Arturo Mas. Van estrictamente a lo suyo, aunque convenciendo a unos cuantos imbéciles de remate (que se lo creen) que lo suyo es "catalanisme". ¡Qué imbéciles, por dios!

Eloise Barry dijo...

Lo de Jorge Pujol y Arturo Mas me ha recordado algo:

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/01/14/catalunya/1326573479_817971.html


Y se ve que les escoció la hostia porque...

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/01/15/catalunya/1326659996_800646.html

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

¡Pues eso! El FelipePuig aún se encaró a quienes le estaban pitaldo para convencerles y hablarles de que se tenía que llegar a un acuerdo y tal y tal y tal.

No se puede hablar con esos perros. No se puede dialogar, caer en su trampa de que se te acerquen paternalmente a "dialogar", esto es, decirte que eres un intolerante cuando ellos están trabajando duramente por la salvación del Mundo.

Además, hay que pitarles allá donde vayan y hablarles en castellano o en inglés. Nunca en catalán. Hay que hablarles una lengua imperial, joderlos todo lo que se pueda y no aceptar ningún diálogo bajo ningún concepto.

Pero ¡ojo con los perros policía! Se te puden volver y morderte o dejarte la yugular como para un trasplante.

Juan Manuel Gasulla Roso dijo...

Es que lo que pretenden estos cabrones es que la gente identifique una identitad nacional con su discurso. El ser catalán es ser ce CiU. Hay que recordarles que eso es falso, que son mentirosos y vendidos, que engañan vilmente a la gente. Pero es que, además, la gente está tan abducida, que no quieren pensar. Se creen que ser catalán es eso. ¡Una mierda!

pei ... dijo...

Que cachondos!

Eloise Barry dijo...

Pues como los josputas del PP, que también monopolizan lo de ser español con ser de derechas y de su partido. En mi otra vida del Yahoo 360º colgué un post que va de esto, de que llegan unos monigotes, se te apropian de tu Historia y de tus símbolos y hala, a triunfar. Tú tienes la suerte de que, en tu tierra, llevas una senyera en tu coche o en un pin y la gente piensa, "mira qué catalán más patriota" y te miran con simpatía y todo. A mí, en mi tierra, se me ocurre llevar encima una banderita española un día que no sea de partido y me rayan el coche los unos o me cantan el Cara al Sol los otros.

pei ... dijo...

Tienes toda la razón. Pasa que la gente de mi generación e incluso de generaciones anteriores, asociamos la bandera española con la derecha, el fascismo y la dictadura de Franco, y lo mismo ocurre con el himno nacional... y el caso es que cuando oigo o leo la palabra nacional, por alguna razón que si entiendo, evoco tiempos pasados, tiempos en los que ese que acaba de palmar, San Manuel Fraga ya pululaba por esos mundos derechiles.

Seguro que esa asociación es irracional, lo mismo que lo es asociar la senyera con el hijoputa ese catalán. Supongo que por eso, por irracional, es que aún perdura.

Pienso que para que dejemos de asociar la bandera o el himno con esa derecha enemiga y el cant de la senyera o els segadors con la resistencia; o al revés, la roja y guada con todo lo que es de bién y las cuatro barras con el hijoputismo, varias generaciones, entre ellas la mia, tendremos que haber desaparecido. Y es que hemos nacido con ello y lo llevamos demasiado arraigado, aunque seamos capaces de razonarlo con la boquita pequeña.

antonio blanch dijo...

Que pasa ademas con Fraga (el facha, no el pueblo aragones) nadie recuerda lo de Vitoria? los fusilamientos de septiembre del 75, la mordaza a la prensa? la calle es mia?
pais de desmemoriados de conveniencia.